30 de abril de 2008

ALL BLACK

Ahora que el horizonte competitivo de la Argentina parece estar signado definitivamente al Hemisferio Sur, conviene dar un vistazo a un panorama que no resulta tan rosa como muchos creen. Hay algunos síntomas de crisis que van a contramano de los análisis que dibujan al rugby como un gran negocio. Nueva Zelandia, poderosa en sus estructuras gracias a la marca All Blacks, acaba de anunciar que el ejercicio de 2007 dio 850 mil dólares en rojo, que se agregan a la pérdida de 2.400.000 del 2006.

La explicación oficial del balance en negativo es la eliminación temprana de los All Blacks en el último Mundial. Pero se puede ir un poco más allá en lo que sucede en el Sur. Por ejemplo, Australia sufrió pérdidas millonarias el año pasado con la creación de una Liga nacional -abortada rápidamente por esta causa- y Sudáfrica vio como sus máximas figuras emigraron al Norte seducidas por mejores contratos.

Es más: se anuncia que las dos máximas estrellas del rugby neocelandés, Dan Carter y el capitán Richie McCaw, estarían próximos a formar parte de clubes europeos. El Toulouse, por ejemplo, habría ofrecido un millón y medio de dólares por contar con el apertura durante sólo seis meses.

Es evidente que a los tres grandes del Sur no les están cerrando los números como ellos desean. Por eso, buscan nuevos destinos, sobre todo en el fuerte mercado asiático. Este año, los All Blacks y los Wallabies disputarán la tradicional Bledisloe Cup en Hong Kong, mientras que Australia proyecta extender el Súper 14 invitando a equipos de Japón.

¿Dónde entra la Argentina en este concierto? Quizá de la mano de Sudáfrica, si es que prospera el proyecto de disputar dos test Pumas-Springboks en Europa, mientras se juega el Seis Naciones, y si avanza la posibilidad de instalar uno o dos equipos en la Currie Cup.

Ya se dijo en este espacio varias veces: no es fácil la misión Argentina en este aspecto. Ubicada en el Sur, tiene a sus máximas estrellas en el Norte. Y mientras el International Rugby Board (IRB) dice que hay que pensar en el Tres Naciones, los mismos jugadores que actúan en Europa insisten en que eso es imposible.

El mercado actual del rugby muestra, en tanto, una IRB poderosísima, con el estatus de las grandes multinacionales del deporte. Y una Europa, sobre todo en Francia e Inglaterra, que destina millonarios contratos que muchos analistas -apoyados en las experiencias que sigue mostrando el deporte súperprofesional- pronostican que tendrán un final negativo.

Un panorama para seguir con atención. Y para evitar conclusiones apresuradas.

FUENTE: periodismo rugby