29 de julio de 2008

EJEMPLO

28 de julio de 2008

REVIVI CASI - REGATAS

PETRO CUENTA DE SU VIDA EN FRANCIA

PETRO, OTRO PUMA REGATERO, HABLO CON ESPN

JOAQUIN, UN NOBLE SALVADOR

Regatas, que venía de perder ante el CASI, recuperó la memoria y derrotó 19-16 a San Luis, que, en cambio, sumó su tercera caída.
En los primeros 40' el partido se tornó áspero e interesante. Los de Bella Vista fueron más efectivos en ataque y por eso se llevaron el parcial, apretado, 14-13. Tras el descanso, el Marista logró revertir el marcador a través de Campodónico, pero Joaquín Fernández Gill, luego de una corrida sensacional, apoyó la ovalada en el ingoal visitante a los 18' y le dio el triunfo al local.

fuente: Olé

REGATAS FUE PRACTICO


El conjunto de Bella Vista se impuso, de local, a San Luis en un exiguo 19 a 16. La figura del partido fue Joaquín Fernández Gill, autor de los dos tries para el local. Con este triunfo, Regatas sumó su segundo triunfo.
El resultado final esta directamente relacionado a lo que fue el trámite del partido. La fricción y las pocas ideas de ambos equipos hicieron que el partido se tornara deslucido, por lo que Regatas pudo imponerse por 19 a 16 a San Luis.
El primer tiempo del partido fue, claramente, lo mejor. Con un equipo platense queriendo imponerse en las formaciones, jugando gran parte de esa mitad en campo rival. Pese a esto quien abrió el marcador fue Regatas, con Facundo Vega, que se encargó de patear a los palos, por la vía del penal en dos ocasiones.
A esto se le sumó el gran try de Joaquín Fernández Gill, jugada que comenzó en la mitad de la cancha producto de la fortaleza de Joaquín Lázzari que se filtró entre dos rivales y se la cedió a la derecha para que el centro corriera hacia la bandera y así apoyar.
El local tomaba una considerada ventaja (11-0) para reordenarse y empezar a imponerse territorialmente. Pero la amarilla a Francisco Lecot, que volvía luego de cinco fechas, lo desestabilizó. A pocos minutos, Sebastián Crispo metió un drop y, luego, San Luis llegó al try con Santiago Felices en una gran jugada personal: tomó la pelota dentro de los 22 rivales, esquivó a dos adversarios, topeteó a Ramiro Torres Picasso y apoyó pegado a la “H”.
Una vez más el Merista aprovecharía otra amarilla por el lado de Regatas, ahora sería para Enrique Vidal, con un penal de Juan Campodónico para ponerle picante al partido y cerrar el parcial 14 a 13 para los dueños de casa.
En el reinicio del match, Regatas tuvo que hacer una modificación por la lesión de Torres Picasso (fractura en el metacarpo de la mano izquierda), quien justamente retornaba a la Primera. En cuanto al juego, la paridad siguió persistiendo. Sólo llegaron a sumar una vez por lado. Primero el “Marista” con un penal de Campodónico. Luego, los de Bella Vista con un nuevo try de Joaquín Fernández Gill, a esa altura figura del partido.
San Luis intentó revertir el resultado, estuvo varios minutos dentro de los 22 del oponente y con varios scrums a favor, pero se encontró con una defensa bien plantada y, además, falló en el manejo. En el final intentó provocar algún penal a favor para tener la chance de patear a los palos y conseguir un empate. Pero no lo consiguió.
De esta manera, el local volvió a hacerse fuerte de local y se sacó de encima un rival durísimo. En definitiva, la diferencia exigua en el marcador se produjo por la practicidad que mostró Regatas.

FUENTE: aplenorugby

DESGRACIA

Está siendo un año difícil para el rugby argentino. Gastón de Robertis, pilar de Regatas Bella Vista, está internado en estado delicado tras haber sufrido un accidente con su auto en el que también viajaba su novia, que tuvo graves lesiones. La información fue dada a conocer hoy por el diario Clarín.

El Gato De Robertis había regresado esta temporada a la Argentina después de una experiencia europea que culminó en el Benetton Treviso. Jugó para Los Pumas el test con Samoa del 3 de diciembre del 2005, en Buenos Aires, el mismo en el cual Alberto Vernet Basualdo sufrió una seria lesión cervical de la que finalmente se pudo recuperar.
En tanto, según consigna el sitio rugbyfun, Martín Donoso y Marcelo Pavón, integrantes de la M23 de Mendoza Rugby Club, murieron el viernes en otro accidente automovilístico.

Desde aquí, pronta recuperación para unos y condolencias para los mendocinos.


¡FUERZA GATO!

CON EL AS BAJO LA MANGA


Regatas volvió al triunfo tras vencer a un golpeado San Luis por 19-16 en Bella Vista por la 3° fecha del URBA Top 14. En un encuentro peleadísimo el dueño de casa sacó ventajas gracias a la gran tarea de Joaquín Fernández Gill, que firmó los dos tries de la victoria.
Casi idénticos. Ambos midieron fuerzas y la pulseada fue tan pareja que tras el primer tiempo el marcador acusaba un 14-13 niveladísimo.
En los 40 minutos iniciales Regatas y San Luis hicieron de todo, menos sacarse ventajas. Hubo roces, rugby de alto voltaje y ánimos caldeados para ponerle un poco de pimienta al encuentro.
También hubo dominio marista en el territorio y contundencia del local en la chapa. La puntería de Vega movió los números y el try de Fernández Gill dejó a su equipo arriba por la mínima cuando llegó el descanso.
En el complemento la tónica fue similar. San Luis dio vuelta la historia, pero el que sonrió último fue Regatas. Otra vez el responsable de lastimar el ingoal rival fue Joaquín Fernández Gill. Un sprint imparable lo depositó en los últimos metros y selló el score final en favor de los de Bella Vista.
De esta manera, se recuperan de la caida ante el CASI y de paso le dan otro empujón al fondo a los platenses, que todavía no festejaron en la segunda mitad del año.

REGATAS - 19
Titulares: 15. Joaquín Lázzari, 14. Joaquín Fernández Gill, 13. Ramiro Torres Picasso, 12. Matías Fernández Gill, 11. Facundo Vega, 10. Santiago Camerlinckx, 9. Lucas Loviscek (c), 8. Matías Paulini, 7. D. Chimondegui, 6. Nicolás Christie Newbery, 5. Enrique Vidal, 4. Facundo Monopoli, 3. Francisco Lecot, 2. Martín Monopoli, 1. Fernando Tamburrino.

Cambios: Maciel x Torres Picasso.

Entrenadores: J. Servetto y A. V. Domínguez

SAN LUIS - 16
Titulares: 15. Sebastián Crispo (c), 14. Santiago Ferrara, 13. Carlos Cosoli (c), 12. Carlos Oricchio, 11. Sebastián Galli, 10. Juan Campodónico, 9. Carlos Monsalve, 8. Agustín Notti, 7. Ariel Bicerne, 6. Santiago Felices, 5. Cristian Elías, 4. Iñaki Arcondo, 3. Carlos Di Giano, 2. Pedro Fantini y 1. Hernán Giralt.

Cambios: Lupiano x Campodónico, Dramis y Leibson x Arcondo y Giralt.

Entrenadores: S. Lage, M. Campodónico y J. Bizet

1 TIEMPO
9, 14 y 28 min. penales de Vega (R); 20 min. try de Joaquín Fernández Gill (R); 24 min. drop de Crispo (SL), 29 min. try de Felices conv. por Campodónico (SL), 40 min. penal de Campodónico (SL).

2 TIEMPO
3 min. penal de Campodónico (SL), 18 min. try de Joaquín Fernández Gill (R)

fuente: rugby fun

25 de julio de 2008

¡NO TE ENLOQUESA, LALITA! - ROBERTO FONTANARROSA

El más sorprendido fue Chalo cuando (no iban ni cinco minutos de empezado el partido) el Lalita se cruzó toda la cancha y le entró muy fuerte y abajo a Pascual y Pascual, aún antes de caer pesadamente junto a la línea del área, le preguntó al Lalita por que no se iba a la recalcada concha de su madre puta. Pensándolo bien, recordaba luego Chalo (los brazos en jarra, algo alejado del quilombo) antes de empezar, había escuchado a los muchachos conversando mientras se cambiaban en ese vestuario de mierda y Polenta se había dicho que, seguramente, Pascual y Lalita se iban a cagar a trompadas otra vez. Es más --rememoró Chalo, viendo como los muchachos trataban de separar a los calentones-- Salvador lo había cargado bastante a Pascual preguntándole si esa tarde lo iban a echar de nuevo por cagarse a trompadas con el Lalita.
-- ¿Será posible? --pasó a su lado el ocho de ellos, buen jugador, callado--. Siempre lo mismo con estos dos infelices.
-- Cosa de locos --dijo el Chalo, tocándolo en la panza, en gesto de amistad.
-- ¡Aprendé a jugar al fútbol, choto de mierda! --gritaba, ya de pie, Pascual, contenido a medias por Norberto.
-- ¡Sí, seguro que vos me vas a enseñar, pajero! --respondió Lalita.
-- ¿Ah no? ¿Ah no? ¿No te voy a enseñar yo? ¿No te voy a enseñar yo? Sabes comó te enseño, la puta madre que te parió!
-- ¡Seguro! ¡Vos me vas a enseñar, forro! ¡Vos me vas a enseñar a jugar al fútbol!
-- ¡Choto de mierda, en la puta vida jugaste al fútbol, sorete!
-- ¡Vos me vas a enseñar, maricón!
-- ¡Sorete, sos un sorete mal cagado!
Tal vez ese concepto de "maricón" exaltó más a Pascual, que se libró del esfuerzo de Norberto y se le fue encima al Lalita. El Alemán se abalanzó para agarrarlo, con Prado y el flaco Peralta. El referí pegaba saltitos en torno al tumulto como un perro que no puede zambullirse en una pelea multitudinaria.
-- ¡Pero dejalos que se maten! --gritó desde lejos el cuatro de ellos--. ¡Dejalos que se maten de una vez por todas esos boludos!
-- ¡Así nos dejan jugar tranquilos!
-- ¡Vení, vení a enseñarme, maricón! --insistía Lalita, contenido por sus compañeros, viendo como Pascual se debatía entre una maraña de brazos.
-- ¡Callate, pelotudo! --se anotó, desde lejos, Hernán, con escaso sentido de la oportunidad en el uso del humor--. ¡Si vos tuviste poliomelitis de chico y no te dijeron!
-- ¡Pero pisale la cabeza a ese conchudo! --saltó de pronto Antonio corriendo también hacia Lalita--. ¡Siempre el mismo hijo de puta ese hijo de puta!
Allí Chalo pensó que el conflicto se generalizaría.
-- ¡Antonio! ¡Antonio! --trato de pararlo el Negro.
-- ¡Agarralo! ¡Agarralo, Pedro!
-- ¡Hijo de mil putas, la otra vez hiciste lo mismo! --recordaba Antonio, medio estrangulado por un brazo de Pedro, las venas del cuello a punto de estallar, la cara roja como una brasa.
-- ¿Qué querés vos? ¿Qué querés vos? --Lalita se volvió hacia Antonio, estirando el mentón hacia adelante. Dos de ellos lo agarraron de la camiseta y otro de la cintura.
-- ¡Te hacés mucho el gallito porque nuncan te han puesto una buena quema!
-- ¡Aflojá, Lalita, no seas boludo!
-- ¡Te echan, pelotudo, te van a echar!
-- ¿Qué querés vos? ¿Qué querés negrito villero y la concha de tu madre?
-- ¡Tito! ¡Paralo, carajo, paralo!
-- ¡Cortala, cinco, no te metás que es peor!
-- ¡Pará, Mario, pará!
-- ¡Te voy a reventar, la concha de tu madre! --Pascual se había zafado de los que lo contenían y corría en un movimiento semicircular hacia su enemigo tratando de eludir los nuevos componedores que se le interponían. Chalo se dejo caer sentado sobre el césped sin llegar a entender demasiado bien como se podía armar semejante quilombo cuando incluso algunos no habían llegado siquiera a tocar la pelota (como él). Miró al dos de ellos y enarcó las cejas en señal de complicidad.
-- ¿Podés creer, vos? --dijo el otro, parado en el círculo central y acomodándose los huevos. Escupió a un costado.
Prácticamente todos los muchachos, sin olvidar al tío del Perita (fiel y único hincha del "Olimpia") se habían metido en la cancha y estaban separando a los beligerantes. Eran dos grupos que se movilizaban en bloque, hacia atrás o hacia adelante, correlativos unos con otros, como dos arañas negras y deformes, de acuerdo a los impulsos mas o menos homicidas de los contendientes.
-- ¡Vos me vas a venir seguro a enseñar a jugar al fútbol, sorete! --la seguía Lalita--. ¡Seguro que vos me vas a venir a enseñar!
-- ¡No te enloquesá, Lalita! ¡No te enloquesá! --repetía una voz aguda, desde afuera, como un sonsonete.
-- ¡Choto de mierda! ¡Choto de mierda! --Pascual se atragantaba con las palabras y despedía por la boca una baba blanca, casi acogotado por los compañeros--. ¡Claro que te voy...! ¡Choto de...! --obnubilado, no encontraba los mas elementales sinónimos para enriquecer sus agravios y recaía siempre en las mismas diatribas--. ¡Choto de mierda! ¡Chotazo!
El árbitro, apreciando un claro en el tumulto, dió dos zancadas mayúsculas hacia adelante, manoteó el bolsillo superior y anunció a Pascual.
-- ¡Señor! --y le plantó una tarjeta roja incandescente frente a los ojos.
Pascual ni lo miró. Después el árbitro giró con la misma aparatosidad, caminó tres pasos hacia Lalita y repitió el gesto de la mano en alto, como dando por terminado el problema. A Pascual ya se lo llevaban hacia el costado. Lalita caminaba medio ladeado, aplastado en parte por el peso de sus compañeros, buscando todavía con los ojos a su rival, respirando fuerte por la nariz, como un toro.
-- ¡Dejame! ¡Dejame, Miguel! --pidió, sofocado, y hasta llegó a tirar un par de piñas a sus amigos.
-- Ya está, Lalita --le recitaba el cuatro al oído--. Cortala.
El lungo que jugaba al arco le pasó un par de veces la mano por el pelo, comprensivo, pero el Lalita apartó la cabeza, negándose a la caricia.
-- ¡Señores! ¡Señores! --gritó el referí--. ¡Miren! ¡Miren! --y mostró la fatídica tarjeta roja casi oculta en la palma de la mano, como una carta tramposa--. ¡No la guardo! ¡No la guardo! ¡La tengo en la mano! ¡Al primero que siga jodiendo lo echo de la cancha! ¿Estamos? --y salió corriendo para atrás, elástico, señalando con la mano donde debía ponerse la pelota--. ¡Juego, señores!
Y decían que no había que joder mucho con ese árbitro. Que era cana. Que siempre andaba con un bufoso dentro del bolso. Así le había contado Camargo al Chalo, porque lo conocía de la liga de Veteranos Mayores, los que están entre los 42 y la muerte.

Ya sentado en la vereda, la espalda empapada contra la pared del quiosco, las piernas extendidas sobre el piso, desprendidos los cordones de los botines, Chalo se apretó fuerte los parpados para mitigar el escozor profundo que le producía el sudor al metérsele en los ojos. Sin decir palabra, el Lito, al lado suyo, le alargó la botella de Seven familiar, casi vacía. Chalo tomó unos seis tragos apurados, puso despues el culo frío y humedo de la botella sobre su muslo derecho, eructó con deliberación y se secó la boca.
-- Hay que joderse --exhaló--. Qué manera de correr al pedo --y le extendió la botella a Salvador que esperaba, mirando la calle, las manos en la cintura, a su lado.
-- ¡Chau, loco! --gritó Antonio, subiendo al auto de Pedro, yéndose-- ¡Chau, Salva!
-- ¿Hablastes con el referí? --le preguntó Lito. Antonio se encogió de hombros.
-- ¿Para qué?
-- Para que no te escrache en el informe.
-- Me echó por tumulto.
-- Por pelotudo te echo --rió Salvador. Antonio levantó la mano, se metió en el auto de Pedro y Pedro puso marcha atrás cuidando de no caerse en la cuneta.
-- Veinte fechas le van a dar a este --dijo Salva, limpiando el pico de la botella de Seven con la manga de la camiseta verde. Chalo no contestó. Apenas si tenía aliento para hablar. Lito, más que sentarse a su lado, se derrumbó, con un quejido animal.
-- Parece mentira --dijo Chalo--. Cuando yo jugaba en la "25 de Mayo", donde no hay limite de edad, pensaba que los veteranos serían más tranquilos, que cuando pasara a la liga de veteranos las cosas se iban a tomar de otra manera.
-- Nooo... --Lito se reía.
-- ¡Pero es peor! Es indudable que las locuras se agudizan cuando viejos. Acá me he encontrado con tipos de cincuenta, cincuenta y pico de años, que se cagan a trompadas, le pegan al referí, se putean entre ellos, más que los jóvenes.
-- Y... --dijo Lito--. Las manías, cuando viejo, se agudizan...
-- Además, Chalo --Salvador ya había encontrado las llaves del auto entre los mil bolsillos de su bolsón deportivo--. El fútbol es asi. Hay tipos que descargan todas las jodeduras de toda la semana acá en la cancha. Yo he visto a tipos cagarse a trompadas en un partido de papi, en un mezclado, que no son ni por los puntos ni por nada. Un picado cualquiera y se han cagado a trompadas, oíme.
-- Sí --aprobó Chalo--. Son calenturas del juego...
-- Es así --cerró Salvador. Dijo "Chau muchachos", puso en duda su presencia para el difícil compromiso del sabado siguiente contra el Sarratea y se fue hacia el auto rengueando ostensiblemente de su pierna derecha.
Chalo se inclinó con esfuerzo hacia sus medias, ceñidas bajo las rodillas por dos banditas elásticas, y las fue bajando hasta enrollarlas sobre los tobillos. Recién allí cayó en la cuenta de cuanto necesitaba liberar su circulación sanguínea de tal tortura y se preguntó como había podido sobrevivir hasta ese momento bajo presión semejante. Volvió a recostarse contra la pared caliente.
-- De todas maneras --retomó-- por más que sean cosas del fútbol, esto de Pascual es difícil de entender.
-- No son cosas del fútbol, Chalo --dijo Lito, sin mirarlo.
-- Dejame de joder... ¡No iban más de cinco minutos!
-- No son cosas del fútbol, Chalo... --Lito hizo un paréntesis largo--. Acá el asunto viene de lejos. Un asunto de guita.
-- Ah... Ah... --se contuvo Chalo. Empezaba a comprender. Lito bajo la voz, confidente, como si alguien pudiese oirlo.
-- Pascual le salió de garantía de un crédito a Lalita. Y el Lalita lo cagó. De ahí viene la cosa.
-- Ahhh... Ese es otro cantar.
-- Claro... Eran socios, o algo así. A mí me conto el Hugo, que era cuñado del Lalita en esa época. Tenían una gomería o algo así, no sé muy bien. Y la cosa vino por el asunto del crédito.
-- Bueno, ya me parecía --dijo Chalo--. No te digo que uno no vaya a entender que dos tipos se agarren a piñas en un partido, porque es lo más común del mundo... Pero, cuando ya uno ve que un tipo, a los cuatro minutos de estar jugando, se cruza la cancha para estrolarlo a otro, y después se reputean de arriba a abajo... Ya sale de lo común, es sospechoso.
-- No --precisó Lito--. La cosa viene de antes. Son cosas extrafutbolísticas --. Con un esfuerzo digno de un levantador de pesas, Chalo se puso de pie.
-- Y ahora les van a dar como ocho fechas a cada uno--dijo.
-- Lo menos. Porque son reincidentes --aprobó Lito.


Fueron ocho las fechas, o diez, o quince. Lo cierto es que, en la segunda rueda, en el partido revancha contra Minerva, Pascual y Lalita estaban en la cancha. Hasta los veinte minutos del segundo tiempo no sucedió nada e incluso dio la impresión de que habían surtido efecto los reiterados consejos de los compañeros de ambos bandos en el sentido de que los seculares contendientes evitaran la conflagración. Hubo un par de cruces, sí, alguna trabada dura, fuerte pero abajo, pero Pascual y el Lalita ni se miraron después tras el choque, atentos a aquello de "reciba y pegue callado" que tantos futboleros pregonan virilmente. Pero, casi sobre el final, en una jugada tonta que no los tuvo como protagonistas directos, los envolvió esa violencia recurrente que parecía ser su sino. Hubo de nuevo corridas, gritos, insultos y el consabido intercambio de golpes entre Pascual y el Lalita, al punto que todos se olvidaron de los otros dos anónimos jugadores que habían iniciado la escaramuza para ocuparse de ellos. La tarjeta roja en alto, elevada por el árbitro con la firmeza y pomposidad con la que puede elevarse un cáliz, marcó, simplemente, el final de un nuevo capítulo para los duelistas.
Una hora después, sentados a una mesa de "El Morocho de Abasto", Chalo apuraba una cerveza con el Alemán. Y el Alemán no cesaba de preguntarse como podía ser Pascual tan pelotudo.
-- Es que... --inició Chalo, consciente de que quien tiene la información tiene el poder--. No es un fato meramente futbolístico, Alemán. Hubo un quilombo de guita entre ellos.
El Alemán lo miró, curioso.
-- Me contó Lito --siguió Chalo--. Una cuestión de un crédito. Parece que Pascual salió de garantía.
-- No --la respuesta del Alemán fue lo suficientemente breve y segura como para cortar a Chalo-- Eso fue después.
-- Me lo contó Lito.
-- Te lo contó Lito. Pero Lito solamente sabe esa parte porque el llegó al equipo hace tres años recién. Eso fue después. Yo sé la justa, Chalo. El quilombo fue de polleras. Lala, en la facultad, estuvo a punto de casarse con una mina y el Pascual se la chorió.
-- ¿En la facultad?
-- Y el Pascual se la chorió.
-- ¡Entonces se conocen de hace una punta de años!
-- ¡Añares! Amigos de pendejos. Entonces Pascual se casó con esa mina, su actual mujer para más datos, sin saber que la mina le había salido de garantía al Lalita en un crédito para una moto.
-- ¡Ah! ¡Y ese es el crédito famoso!
-- Ese es el crédito famoso. Por supuesto, Lalita, en llamas porque el otro le había choreado la mina, dejó de pagar el crédito, y el Pascual se tuvo que poner rigurosamente hasta el último mango. Eso le hizo un buen buco al Pascual.
-- Mirá vos. Así había sido la cosa.
En el camino de vuelta hasta la casa, Chalo no dejó de pensar en las mujeres, en el dinero, temas por siempre conflictivos que pueden llegar a torpedear una amistad, en apariencia milenaria, como la de Pascual y el Lalita. Y siguió cavilando sobre eso casi hasta el final de la segunda rueda, máxime que se había hecho bastante compinche con el Pascual mismo, hombre en el que había descubierto una afabilidad y un certero sentido del humor tras la apariencia rústica y silenciosa del áspero cuevero. Y quiso el destino ("empeñado en deshacer" diría el tango) que en la cuarta fecha del torneo Consuelo, volvieran a encontrarse en el campo con Minerva. Y que volvieran a enfrentarse sobre el campo de juego Pascual y Lalita, quienes, para colmo, no faltaban nunca a sus compromisos futboleros. Como arrastrados por un designio oriental y fatalista, los presentes asistieron puntualmente a las consabidas trompadas, insultos y forcejeos que terminaron, esta vez, con cinco hombres fuera de la cancha.
Suplente de un ocho nuevo que habían traído de "La Cortada", Chalo, recostado sobre un césped que se hacía yuyo, miraba el despelote desde bastante lejos, sin siquiera levantar la cabeza de la pelota que le servía de almohada, propiedad del hijo más chico del Cabezón Miraglia.
-- El asunto no es futbolístico, Cabezón --le confío, locuaz, al Cabezón Miraglia, que todavía estaba rumiando su bronca por no haber entrado de titular--. Hubo un problema de mujeres.
Miraglia no contestó. Siguió masticando chicle, mirando como el Pascual, desaliñado, caminaba hacia afuera de la cancha y se tiraba unos veinte metros más alla, en su ya remanido sendero hacia el exilio de la expulsión.
El Cabezón giró hacia Chalo, se acercó un poco más como para que el viento que favorecía al equipo adversario no llevara sus palabras hacia Pascual y, mientras pateaba prolijamente un hormiguero, le dijo al Chalo:
-- Eso fue después, Chalo.
-- ¿Como después?
-- Lo de la mina fue después. La cosa fue política, más que nada...
Chalo frunció el entrecejo sin quitar sus manos entrelazadas de bajo la nuca, sintiendo el roce auténtico y voluptuoso de la pelota a gajos hexagonales. Le parecía mentira asistir a ese relato por capítulos futbolísticos, fecha a fecha, expulsión tras expulsión, que lo iba ahondando en la vida de dos sujetos conocidos casualmente en las canchas de fútbol, abocados a la defensa de una divisa. El Cabezón se agachó para seguir contando.
-- En la secundaria, Pascual era dirigente estudiantil de izquierda. Estaba en una de esas agrupaciones como el P.T.P., el R.T. nosecuanto, una de esas. Te estoy hablando de los sesenta. Y el Lalita militaba con él. Y un día, yo pienso que debe haber habido uno de esos clásicos celos por la dirigencia, una cosa así, el Lalita se aparece en la escuela, ya estarían por sexto año, con una foto del Pascual, de traje blanco, bailando en una fiesta del Jockey Club.
-- ¡No me jodás! --se asombró Chalo.
-- ¡Te imaginás! --se rió el Cabezón--. En esa época, pasabas nomás frente al Jockey Club y ya eras un conservador, un facho...
-- ¡Claro! Estaba todo tan politizado...
-- Y de traje blanco para colmo el Pascual. En una de esas fiestas a todo culo que se daban ahí.
-- Lo crucificaron.
-- Lo hicieron mierda. Los compañeros de ruta no se lo perdonaron.
-- El Pascual habrá dicho que el puesto que no se ocupa lo ocupa el enemigo --volvió a reírse Chalo.
-- No sé, no sé. Pero se le acabó la carrera política. Pasó de golpe a ser un chancho burgués, un enemigo de la clase obrera.
Se quedaron un rato en silencio, mirando el partido. Tatino acababa de perderse un gol increíble.
-- Es por eso que, después... --retomó el Cabezón--. Pascual se empecinó en afanarle la mina al Lalita. Porque creo yo que fue un capricho, nomás. En venganza.
-- Pero mirá vos --se quedó pensativo, Chalo, mirando al cielo. El Cabezón había empezado a trotar porque Salvador le gritaba "Calentá, calentá!", mientras se agarraba el rebelde aductor derecho que lo tenía loco desde hacía mucho.
Fue Pascual quien le pidió a Chalo que lo alcanzara con el auto. Se había puesto un viejo pantalón de salir sobre el pantaloncito de fútbol y después se había vuelto a calzar pero sin atarse los trabajosos cordones, a los que arrastró hasta que salieron del predio. "Un chico" comparó Chalo, mientras desestimaba la idea de decirle que se atara los cordones porque se podía cagar de un golpe. Y luego, ya en el auto, siguió dando vueltas a los conceptos de dinero, mujeres y política, que entreveraban sus coordenadas y llevaban a dos personas mayores, como Pascual y Lalita, a romperse literalmente la crisma del mismo modo formal y caballeresco con que aquellos románticos personajes cruzaban sus espadas en el relato de Conrad.
--... porque me han dicho que vos, con el Lalita, se conocen de hace mucho --se animó a decirle, por fin, al Pascual, tras un largo silencio en el auto, solo amenizado por el sobrio comentario radial de José Pipo Parattore desde el estadio "Gabino Sosa" de Central Córdoba. El mismo Pascual le había dado pie, tras quejarse de que le ardía una peladura en la rodilla y tambien el piñón voleado que le había acertado Lalita en medio del despelote.
-- Mucho. Demasiado --crispó una sonrisa, Pascual, tocándose una ceja--. Es al pedo --concluyó, con esa críptica frase donde no se entendía bien si encerraba un escepticismo existencial frente al misterio de la vida, o una desalentada conclusión ante el inútil acopio de años de amistad, o de la convicción del guerrero de cara a una lucha que adivina estéril e inconducente.
-- Pero... claro... --se animó Chalo, quizá ante la ambiguedad de la afirmación de Pascual--. Me contaban que no es un asunto futbolero, ¿no? De lo contrario, sería difícil de entender. Por más que uno entienda perfectamente que te podes cagar a trompadas incluso jugando un cabeza en un pasillo...
Pascual volvió a sonreir, o quizá fue solo la expulsión de un poco de aire de sus pulmones.
-- ¿Qué te contaron? --apuró.
Chalo esgrimió la mano derecha en el aire, como espantando una mosca, antes de depositarla de nuevo sobre la palanca de cambios.
-- El asunto de un crédito --intentó ser vago--. Un fato relacionado con la política, algo así...
Omitió el detalle de la mujer, temiendo meterse en temas demasiado privados o bien deschavar al ocasional informante. Pascual estiró otra sonrisa apretada mientras se tocaba la nariz. Pareció que iba a sumirse en uno de sus habituales silencios de cuevero. Pero la siguió.
-- Te informaron mal --dijo.
-- Bueno... te cuento...--mintió Chalo-- que no fueron conversaciones formales. Fueron, digamos, comentarios al pasar, opiniones...
-- Ya sé, ya sé... Pero te informaron mal.
Ya habían llegado. Chalo puteó para sus adentros. Tal vez hubiese debido retrasar la marcha, pero la maniobra dilatoria hubiera sido demasiado ostensible. Pascual abrió la puerta de su lado, puso el bolso sobre sus muslos y saco el pie derecho como para bajarse. "Me pierdo el final" pensó Chalo.
Pascual se había tomado del borde del techo del auto con su mano diestra para dar el envión de salida. Era muy grandote.
-- ¿Sabés de cuando lo conozco yo al Lalita? --dijo, pese a todo--. ¿Sabés de cuando lo conozco yo a ese hijo de puta? --Chalo lo miraba fijo--. De cuando teníamos los dos cinco años y jugábamos en el baby del club Fisherton.
-- Mirá vos --dijo el Chalo.
-- ¿Y sabés de donde arranca todo? ¿Sabés de donde arranca la bronca?
Chalo negó con la cabeza.
-- De un día en que jugábamos contra El Torito y al Lalita le hacen un penal y nos peleamos por patearlo. Mirá lo que te digo. Cinco años teníamos.
Pascual, ya incorporado, medio cuerpo metido dentro del auto, osciló los cinco dedos de su mano derecha frente a los ojos de Chalo.
-- ¿Qué? --amagó reirse Chalo--. ¿Lo quería patear él?
-- ¡Tomá, patear él! --percutió el puño cerrado como un émbolo, Pascual--. El penal se lo habían hecho a él, pero el que los pateaba siempre era yo. Esa era la orden que yo tenía del director técnico. Pero él ya era un pendejo caprichoso. Y nos cagamos a trompadas --Pascual se refregó la cara con la palma de la mano, como con intención de desfigurarse--. ¡Cómo nos cagamos a trompadas ese día, Dios querido! Y de ahí viene todo...
Se irguió por completo y cerró la puerta. Chalo se inclinó un poco para verle la cara.
-- ¿De ahí viene todo?
-- De ahí. Lo demás llega por añadidura. Pero el quilombo empieza con aquel penal.
Pascual dijo chau con la mano y se metió en su casa. Chalo puso primera y se fue, pensando. La vida era mas simple de lo que uno suponía, al final de cuentas.

23 de julio de 2008

INMANEJABLE

“Sí, es un retroceso, es volver a caer en situaciones que ya hemos vivido. Pero son inmanejables”. La palabras de Santiago Phelan grafican cuál es la situación de Los Pumas con vistas al test con los Springboks y que ayer sumó otro gran inconveniente: finalmente, Juan Fernández Lobbe no recibió el permiso de su club, el Sale inglés.

Entre retiros (Ignacio Fernández, Lucas Ostiglia, Manuel Contepomi y Agustín Pichot), lesionados (Martín Scelzo, Juan Martín Hernández e Ignacio Corleto) y no cedidos (Juan Fernández Lobbe), Los Pumas no cuentan hoy, por ejemplo, con 8 de los titulares que enfrentaron a los Boks en las semifinales del Mundial. Pero, además, en cuanto a la lista orginal que dio Phelan para el test del 9 de agosto, se cayeron Marcelo Bosch (lesionado), Tomás De Vedia y Gonzalo Tiesi (sin permiso desde Inglaterra) y Federico Serra (renunció por “cuestiones personales”). Más aún: Felipe Contepomi se unirá al grupo en Johannesburgo al igual que Manuel Carizza, ya que el Biarritz lo libera recién a partir del 30. Y Marcos Ayerza, Esteban Lozada y Alvaro Galindo se casaron y están de luna de miel.

Ante esta situación, Phelan hizo sólo dos nuevas convocatorias: Rafael Carballo, wing/centro del Castres de Francia, y el fullback Martín Bustos Moyano, de Córdoba Athletic. Hernández no está del todo descartado. Verán en qué condiciones está (fue operado de su mano derecha) cuando regrese de vacaciones.

“Es desgastante, cansador, no tener la libertad de citar y tener los jugadores. Pero es comprensible porque juegan en Europa y los clubes manejan la libertad de los rugbiers. No voy a mentir que no te desgasta todo eso de viene, noviene, te llamo, te aviso, que el club dice no…Pero uno se acostumbra y debe tener lucidez y paciencia para pensar alternativas”, agregó Phelan, quien enfatizó que le consta que los dirigentes de la UAR hicieron todo lo posible para destrabar esta situación.

Por otra parte, Pablo Deluca colaborará en las prácticas de mañana y el sábado para que los jugadores se adapten a las nuevas reglas. El IRB, que dice más que lo que hace, ya avisó que el partido cuenta para el ranking mundial y una derrota abultada de Los Pumas podría comprometer más el cuarto puesto, ya que Inglaterra está muy cerca.

El entrenador de los Boks, Peter De Villiers, le dio descanso a su tropa, que se reunirá, bien entera, el 30 en Pretoria, a una hora y media de auto de Johannesburgo.

De todos modos, Phelan mantiene la fe para el test que conmemorará los 90 años de Nelson Mandela: “Creo que hay buen equipo para jugar con Sudáfrica”, completó.

fuente: periodismorugby

21 de julio de 2008

PRECISIONES

Los gran mayoría de los jugadores que actúan en Francia finalmente serán liberados para comenzar el lunes los entrenamientos con vistas al test con los Springboks, en tanto que los clubes ingleses se opusieron. De todos modos, Juan Fernández Lobbe -al igual que Felipe Contepomi- se unirá a Los Pumas en Johannesburgo, mientras que la situación de Juan Leguizamón se solucionó al pasar al Stade Francais. El partido se disputará con las reglas nuevas y tendrá validez para el ranking mundial del IRB.

Las precisiones surgieron de una entrevista a Ricardo García Fernández, presidente de la subcomisión de selección de la UAR, quien se prestó cordialmente al díalogo pese a que manifestó su molestia con este cronista por los conceptos vertidos en el post Mal (IV).

- ¿Existió una postura desde Francia de no liberar a los jugadores para la fecha pactada del inicio de los entrenamientos?

- Nosotros tuvimos una larga charla con el señor Serge Blanco en la cual quedó claro que íbamos a tener los jugadores a disposición. Ahora, es verdad que surgieron algunos contratiempos porque no todos terminaron el campeonato en la misma fecha y hay que respetar el período de vacaciones. Pero ya aclaramos todo con el señor Serge Blanco.

- No hay problemas, entonces.

- No de Francia.

- ¿Y de Inglaterra?

- Nosotros mantuvimos negociaciones con la Unión Inglesa y con los clubes, que son los dueños de los contratos con los jugadores. Y estos nos respondieron que no los cederán, por lo cual ahí se terminó todo. Eso no implica que cada jugador intente dar otros pasos con sus clubes, y eso fue lo que les dijimos. No fue que los mandamos a negociar por su cuenta. En ese sentido, Corcho (por Juan Fernández Lobbe), que es clave para este equipo, logró el permiso para viajar directamente a Sudáfrica.

- ¿Y el caso de Leguizamón, que pasó al Stade Francais?

- Está liberado.

- No parece todo muy prolijo.

- La realidad del rugby argentino es que no tiene los jugadores a su disposición y esto seguirá igual hasta que no cambie. Estamos trabajando fuerte en esto, nos manejamos con seriedad y espero que de acá a tres años podamos tener otra realidad. A eso aspiramos y para eso estamos trabajando.

- ¿El test con los Springboks contará para el ranking mundial?

- Acabo de recibir un mail en el que nos dicen que sí, que valdrá para el ranking aunque se trate de un amistoso que está por fuera de las ventanas del IRB.

- ¿Y no tuvieron éxito en las gestiones para que se juegue con las reglas actuales?

- Eso pedimos, pero los sudafricanos están en todo su derecho a que se juegue con las reglas que empezarán el 1º de agosto. Por eso ya instrumentamos que el equipo se prepare con las nuevas reglas, con el asesoramiento de Pablo Deluca.

- ¿Cómo les fue en Wellington en la reunión con el Sanzar?

- Muy bien. Fuimos invitados junto a Canadá y Estados Unidos y la Argentina será aceptada en los torneos que se juegan en el Hemisferio Sur, aunque habrá que ver en cuál antes: si en el Súper 14 o en el Tres Naciones.

- ¿Y cuáles son las chances hoy por hoy?

- Para mi el Tres Naciones es un hecho.

- ¿Para cuándo?

- Debería ser en el 2011 o en el 2012. En octubre habrá una reunión importante de la Sanzar en ese sentido.

- Pero antes señalaste que para eso la Argentina debe tener disponibles a sus jugadores. ¿Se llegará para esa fecha?

- A eso apuntamos, pero también hay que encontrar otras competencias para no jugar sólo seis partidos al año.

- ¿Y cuáles son las variantes?

- Con Canadá y Estados Unidos avanzamos en la creación de una Copa Americana, en la que también jugaría Uruguay. La idea es ir armando un seleccionado en desarrollo con los que estén acá y con los que vayamos consiguiendo que vuelvan, y formar un equipo que tenga entre 20 y 25 partidos por año.

- ¿Por qué se demora tanto la designación de un CEO?

- Ya hubo una preselección y ahora un consejo deberá elevar un nombre para que sea aprobado o no.

- ¿Y eso cuándo va a ser?

- En las próximas horas.

FUENTE: PERIODISMO RUGBY

EL CASI, UN PANDELOMONIO

El Club Atlético de San Isidro abrumó a Regatas y lo venció por un indiscutible 27-14. La Academia alcanzó el punto bonus en el último minuto gracias a un try de Nicolás Pandelo, la figura de la cancha.
Y el CASI va. Con acierto, errores y, por sobre todo, mucha calidad individual, el Club Atlético de San Isidro es cada día más candidato a meterse entre los semifinalistas.
”En la semana nos propusimos mejorar el scrum y nos dio resultado, porque les robamos cuatro y el último fue fundamental”, explicó Pablo Gambarini ni bien concluyó el encuentro. Y tiene razón el hooker, porque el pack del CASI fue un dolor de cabeza permanente para un Regatas que, si bien insinuó a comienzos del segundo tiempo, nunca logró manejar las acciones del juego con claridad. Virtudes, defectos, todo fue de la Academia.
El primero en golpear las puertas de Bella Vista fue el endemoniado centro Nicolás Pandelo, quien se zambulló en palomita en el ingoal rival cuando el reloj marcaba 26 minutos del primer tiempo.
Pero al minuto le contestó Domingo Chimonteguy, que le tapó un kick a Agustín Figuerola y conquistó la zona roja de las Cebras.
Si bien las acciones estabas empatadas en siete puntos, el único que proponía era el equipo local. Es cierto, tuvo graves errores en el line y de manejo -sobre todo en los pases largos-, pero sus rutilantes individualidades lastimaban cuando se lo proponían.
Gracias a esa búsqueda permanente llegaron los tries de Luis Martínez Pita y Federico Salcedo, ambos pegaditos a la bandera, para cerrar el primer parcial con un rotundo 19-7.
Como ya lo dijimos, en el inicio de los últimos 40 minutos Regatas se puso el cuchillo entre los dientes y pegó de entrada. A los 2`, Santiago Camerlinckx, a puro amague, logró derrumbar la barricada construida por los boys de Pope Morel.
Pero eso fue todo por el lado de los de Bella Vista. Porque si bien continuaron con a presión por algunos minutos más, no consiguieron volver a conquistar territorio enemigo. Claro, eso repercutió por el lado psicológico y el CASI se aprovechó del bajón.
Con los errores de manejo ya relatado, la Academia buscó, buscó y buscó. Y, además de encontrarse con un penal de Agustín Figuerola, ligó el punto bonus gracias a otro try de Pandelo a los 40 minutos.

Ya lo dijimos al comienzo de la crónica: el CASI va. Ya volteó a Belgrano y a Regatas y cada vez se afianza más en el rol de “candidato”. Claro, tiene con qué.

fuente: rugbyfun

EL CASI PELEO Y GANO


Los de San Isidro se quedaron con la victoria por 27 a 14. Un partido muy parejo que se definió sobre el final, pero que en los primeros minutos pudo ser para cualquiera. Las Cebras también se llevaron el bonus.
Regatas, con su premisa de sumar puntos desde el inicio, como en partidos anteriores, sorprendió con un drop que se fue desviado. Parecía que había llegado a la Catedral del Rugby para jugar de igual a igual. Si bien nunca pudo imponer su juego, se defendió bien y aguantó el partido hasta la mitad del segundo tiempo. Con la presencia de Agustín Pichot, el retirado medio scrum de los Pumas, los locales se pasaban la pelota con pases cortos pero muy rápidos. Hecho que requería de gran coordinación que muchas veces no se consiguió.

Recién a los 26 minutos el centro Nicolás Pandelo pudo abrir el marcador para la Academia. Agustín Figuerola, medio scrum, lo convirtió y el CASI pasaba a ganar. Pero después de la salida, nuevamente Figuerola quiso despejar la pelota y el ala, Domingo Chimondeguy, se la tapó. Y no tuvo más que apoyarla en el ingoal, Joaquín Fernández Gill, wing, lo convirtió y pusieron el partido empatado en 7 puntos.

El CASI buscó los espacios, fue más inteligente que su rival. Cuando no podía entrar por el lado abierto lo hizo por el ciego hasta que logró penetrar en la defensa. Los dirigidos por Montalvo y Alvarado trasladaron la pelota por toda la cancha. De esta manera, el octavo Luís Martínez Pita anotó el try que desempató el partido y se quedó con el premio easy de la fecha. Sobre el final del primer tiempo llegó otro try convertido del wing Santiago Salcedo que selló el parcial 19 a 7.
En el complemento, Regatas salió con todo y pudo descontar de la mano del apertura Santiago Camerlinckx y Fernández Gill esta vez acertó. En el CASI, Federico Salcedo, primero, y Tucho Méndez, después, vieron la amarilla. Pero ni con esa ventaja Regatas pudo más. Hubo muchos penales pateados a los palos desviados de ambos equipos, pero sobre el final Figuerola convirtió uno y en el último minuto otra vez Pandelo, la figura de la cancha y dueño del premio KSK, definió el partido con punto bonus y con la victoria por 27 a 14 para el CASI.

Voces y frases

Norberto Méndez (Centro del CASI): “Sabíamos que iba a ser un partido duro no sólo en los forwards, sino también en el juego abierto. Creo que la base del triunfo de hoy fue la concentración, el sacrificio y más que nada la paciencia que tuvimos para poder manejar el partido e ir desgastando a Regatas de a poco”.

Facundo Vega (Wing de Regatas): “Fue un partido muy parejo, era palo y palo, cualquiera lo podría haber ganado, pero ellos tuvieron un poquito más y lo ganaron”.

Juan Ignacio Figuerola (Fullback del CASI): “Arrancamos bien, después nos quedamos. Nos mataron las dos amarillas que tuvimos, nos confiamos un poco, ellos se empezaron a agrandar, pero por suerte, sobre el final, pudimos sacar el punto bonus”.

FUENTE: RUGBYTIME

17 de julio de 2008

15 de julio de 2008

CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO MILLONES DE DOLARES

Con el nuevo contrato que acaba de acordar con Barcelona, que le reportará 12.600.000 dólares por año, Lionel Messi se convirtió en el deportista argentino con mejor salario. El futbolista desplazó del primer puesto del ranking a Emanuel Ginóbili, quien firmó con San Antonio Spurs un acuerdo de 9.905.000 dólares para 2008, y otro de 10.728.000 para 2009.

Pero si además Barcelona gana todos los campeonatos en los que participará en la temporada 2008/09, Messi aumentará sus ingresos hasta 19.670.000 dólares en 12 meses. En esta cifra, como en la de Ginóbili, no se incluyen contratos personales por publicidad sino únicamente el sueldo que perciben de sus respectivos clubes. Lo que Messi recibe de Adidas y Ginóbili, de Nike, por ejemplo, está al margen de estos ingresos.

En la temporada que terminó hace un mes, Messi jugó para Barcelona 40 partidos, fraccionados en 2.949 minutos: fueron 28 encuentros de liga (2.001 minutos), nueve de Champions League (723) y tres Copa del Rey (225). Si el rosarino repite este año ese porcentaje, se llevará 315.000 dólares por partido, o 4.272 dólares por minuto en el campo de juego. Y si encima Barcelona sale campeón de la Liga y la Champions, a Messi le quedarán 491.750 dólares por encuentro, o 6.670 cada 60 segundos en cancha.

El tercer argentino del ranking no es un futbolista sino otro basquetbolista: Andrés Nocioni, quien, según el sitio www.sportscity.com, en 2007 acordó con Chicago Bulls un sueldo anual de 8.500.000 dólares. El cuarto sí es un jugador de fútbol, Sergio Kun Agüero, que en Atlético de Madrid recibe 7.893.900 dólares cada 12 meses.

A partir del quinto lugar, los futbolistas copan el ranking. En mayo pasado, la prestigiosa revista portuguesa Futebol Finance publicó los 200 mejores contratos del fútbol mundial, lista en la que sobresalen varios argentinos. Después de Messi y Agüero, se ubican Javier Saviola (Real Madrid, 6.706.000 dólares por año), Carlos Tevez (Manchester United, 6.611.000, siempre en dólares), Javier Mascherano, Walter Samuel y Fernando Gago (Liverpool, Inter y Real Madrid, respectivamente, 6.296.000 cada uno), Hernán Crespo (Inter, 5.477.000), Javier Zanetti y Esteban Cambiasso (Inter, 5.000.000), Gabriel Milito (Barcelona, 4.340.000), Julio Cruz (Inter, 3.960.000) y Lucas Bernardi (Mónaco, 3.780.000).

En la Argentina, el futbolista que arregló mejor contrato es Juan Román Riquelme, quien gana 3 millones de dólares por año. En Boca lo siguen Rodrigo Palacio, con un millón de dólares, y Martín Palermo, a quien le acaban de subir a 600.000.

Los salarios del segundo pelotón de futbolistas argentinos en Europa se pueden comparar con los otros cuatro basquetbolistas que participan en la NBA: Fabricio Oberto gana 3.600.000 dólares por año en Spurs, Luis Scola acordó con Houston Rockets 2.900.000, Carlos Delfino recibe de Toronto Raptors 2.744.000, Luis Scola se lleva en Houston Rockets 2.900.000 y Walter Herrmann, el último de la lista, percibe 2 millones de dólares cada doce meses.

Los golfistas y los tenistas, como la mayoría de representantes de deportes individuales, no tienen salarios fijos sino por productividad. Sus ganancias cambian demasiado como para establecer un promedio. En medio de esas oscilaciones, el Pato Ángel Cabrera es el que más dinero gana. En 2007, por ejemplo, se quedó con 2.600.000 dólares en premios, de los cuales 1.260.000 pertenecieron a su triunfo en el US Open. En 2006 se había quedado con 1.700.000 y en 2008 ya acumula 600.000. El Pigu Andrés Romero lleva 630.000 en 2008, mientras que ganó 2.650.000 en 2007 y 1.100.000 en 2006.

De los tenistas, siempre en premios por competencias oficiales, sobresale David Nalbandian. El cordobés, que es profesional desde 2000, ganó 8.900.000 dólares en torneos de ATP, por lo que tiene un promedio de casi un millón por temporada. En 2008, aunque no sea su mejor año, ya sumó 500.000 dólares. Otros tenistas, como Guillermo Coria, alternan entre tantos vaivenes que se hace imposible calcular cuánto dinero ganan por año: el Mago acumula 5.900.000 dólares desde 2000, pero en 2008 apenas pasó la barrera de los 60.000 dólares.

El rugby no está entre los deportes más cotizados del mundo. El mejor pago en Europa, el Puma Juan Martín Hernández, percibe cerca de 750.000 dólares por año en el club Stade Français. Cerca de esa cifra (730.000 dólares) se ubica el único argentino que juega al fútbol americano, Martín Gramática, pateador de New Orleans Saints.

Las ganancias de los polistas, en cambio, son una incógnita. Lo único que suele salir a la luz, y sin demasiadas exactitudes, son las fortunas que paga el sultán de Brunei por contratar durante tres meses a las figuras argentinas. Se dice que algunos de los Heguy o los Pieres llegaron a ganar un millón de dólares para jugar en este sultanato del sudeste asiático. En definitiva, nada de lo que Messi y Ginóbili puedan envidiar.

14 de julio de 2008

REGATAS ARRANCO CON UN TRIUNFO

os de Bella Vista comenzaron el URBA Top 14 con una importante victoria. Derrotaron a Alumni por 18 a 11, en Tortuguitas. La figura del partido fue el medio scrum de Regatas, Lucas Loviscek.
La tarde en Tortuguitas enfrentaba a dos equipos de realidades diferentes. Por un lado estaba Alumni, quien entró en la última fecha al Top 14 y de bajo rendimiento, evidenciaba su necesidad de conseguir rápidamente el triunfo para mejorar su imagen.
Por el otro, Regatas, clasificado cómodo pero que venía de sufrir sendas derrotas en manos de Hindú. Ambos clubes precisaban un éxito. Si bien ningún equipo ejerció supremacía sobre el otro, fue Regatas quien logró imponerse a su rival para llevarse la victoria por 18 a 11.
Más allá de que no fue un gran partido de rugby, el comienzo fue vertiginoso y rápidamente se abrió el marcador: los de Bella Vista se pusieron arriba con dos penales de Joaquín Fernández Gill. Sin embargo, Alumni respondió con el try de Santiago González Iglesias, a quien le llegó la guinda tras un maul.
Pintaba para una tarde de muchos puntos, pero no. La chapa se alteró una vez más con otro envío con el pie de Fernández Gill. Y nada más, ya que Ignacio Visser no estuvo certero a los palos (terminó la primera mitad 0/3) y todas las patadas se les iban desviadas. Mucha fricción y poco juego. Así el parcial cerró 9 a 5 Regatas.

El reinicio del match se basó en la batalla de fowards. No se creaban los espacios y ambas defensas cerraban el juego. El rojiblanco intentaba penetrar con Tomás Passerotti, que al ser de contextura física pequeña rápidamente era frenado por los gordos rivales. De la vereda de enfrente, se destacó Lucas Loviscek quien comandó al pack, tomó decisiones correctas y arengó permanentemente para que sus compañeros mantengan la concentración y dejen la vida en cada jugada.

A partir de esto se empezó a notar una leve ventaja para la visita. Y Gracias a ello llegaron otros penales de Fernández Gill. Para los dueños de casa sumó Visser de la misma manera, quien mejoró la performance. Pero no alcanzó.
Si se preguntan dónde estuvo la clave de la victoria para Regatas, claramente, se refleja en la toma de decisiones. Ya que ante cada infracción rival, elegían patear a los palos. Claro también hay que darle mérito a su pateador Joaquín Fernández Gill que acertó todo lo que pateó (terminó 6/6). En cambio, Alumni era una bola de nervios. Sus fowards eran superados y a los backs se les caía la pelota.
El interrogante que aún no tiene respuesta es: ¿cuándo despertará Alumni? Pero esa es otra historia. Regatas fue práctico e inteligente y se llevó victoria.

Alumni: Martín Alberg; Guido Stefani, Carlos Di Masi, Ignacio Visser y Gabriel Moresco; Santiago González Iglesias y Tomás Passerotti; Joaquín González Iglesias, Guillermo Mazzoni y Matías Azpiroz; Nicolás Lage y Jaime Arocena; Francisco Molinari, Javier Caratti (c) y Sebastián Lorito.
Entrenadores: Roberto Abad y Rodrigo Camardón.
Cambios: PT. 40’ Arturo Ramilo Alvarez por Steffani. ST. 21’ Mariano Pedernera por Moresco.

Regatas: Joaquín Lázzari; Joaquín Fernández Gill, Matías Fernández Gill, Ramiro Torres Picasso y Mariano Lecot; Santiago Camerlinckx y Lucas Loviscek (c); Matías Paulini, Santiago Gallardo y Nicolás Christie Newbery; Enrique Vidal y Sebastián Zapata; Matías Lasala, Martín Monópoli y Fernando Tamburrino.
Entrenadores: Julio Servetto y Diego Alcorta.
Cambios: No hubo.

Tantos en el Primer Tiempo: 2, 11 y 24’ penales de Joaquín Fernández Gill (R) y 11’ try de Santiago González Iglesias (A).

Tantos en el Segundo Tiempo: 20, 28 y 36’ penales de Joaquín Fernández Gill (R) y 26 y 32’ penales de Ignacio Visser (A).

Cancha: Alumni.
Árbitro: Hernán Filomena.
Intermedia: Alumni 60 – Regatas 12.
Preintermedia: Alumni 36 – Regatas 16.


La Figura: Lucas Loviscek. El medio scrum fue el líder de la pelota en cada ataque de Regatas. Ejerció su trabajo a la perfección: vivo a la hora de jugar rápido, escurridizo y vital en el reordenamiento de los fowards. El corazón de Regatas.


FUENTE: aplenorugby

¡ATENTOS! LO DE REGATAS VA EN SERIO



El conjunto de Bella Vista está decidido esta temporada y arrancó el Top 14 de la URBA ganándole a Alumni en Tortuguitas después de siete años. ¿Las claves? Tremendo line y un impecable Joaquín Fernández Gill, que no falló un solo disparo y anotó todos los puntos en el triunfo por 18-11.

Regatas dejó en claro que su juego no fue sólo una ilusión de la primera ronda. Está bien: no brilló, pero se sacó de encima un hueso duro de roer como Alumni que llegaba entonado tras una serie de victorias que lo mandó directo hacia el Top 14. Ganar sin jugar del todo bien siempre es clave, ¿o no? El equipo de Bella Vista, que no se imponía en Tortuguitas desde hace siete años, finalmente se abrazó al triunfo en un partido muy reñido y ahora irá por el CASI. ¡Qué partido se viene!

La visita salió con pura decisión. El medioscrum Lucas Loviscek se puso el equipo al hombro y, con la colaboración de Santiago Camerlinckx, mostró el camino. La pareja de medios tuvo varios aciertos en el comienzo, movió muy rápido la guinda y abrió, gracias a la buena labor de los delanteros, los caminos para rápidas jugadas en el suelto realizadas por Mariano Lecot, Ramiro Torres Picasso y Joaquín Fernández Gill. No obstante, sus nueve puntos en el primer tiempo llegaron mediante penales del 14.


A su vez, Alumni, el equipo menos golpeado en la fase inicial, volvió a poner en cancha su buen funcionamiento para recuperar a la ovalada. Pero la deuda siguió estando en ataque. No pudo asociarse en ofensiva, pese a la velocidad para jugar del escurridizo Tomás Passerotti, y el try de Santiago González llegó por intermedio de un error de manos de Regatas. Además sufrió de un errático Ignacio Visser, quien desperdició tres chances claras a los palos que bien podrían haber cambiado la historia.

Los nervios y las ganas de no perder fueron apareciendo de a poco en el match y llevaron las acciones a la fricción. El juego se volvió deslucido, con muy pocos espacios y escasas luces de parte de los creativos. Hubieron algunas explosiones que amenazaron con darle vértigo a la soleada tarde, pero no: llegaron sólo puntos por patadas. Y ahí fue Alumni. Presionó a puro orgullo sobre la hora a Regatas, que en el cierre se lució en defensa y se quedó con un triunfo vital para la ilusión de pasar a las semifinales.

FUENTE: rugbyfun

11 de julio de 2008

CONDUCTA EN LOS VELORIOS - JULIO CORTAZAR

No vamos por el anís, ni porque hay que ir. Ya se habrá sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas más solapadas de la hipocresía. Mi prima segunda, la mayor, se encarga de cerciorarse de la índole del duelo, y si es de verdad, si se llora porque llorar es lo único que les queda a esos hombres y a esas mujeres entre el olor a nardos y a café, entonces nos quedamos en casa y los acompañamos desde lejos. A lo sumo mi madre va un rato y saluda en nombre de la familia; no nos gusta interponer insolentemente nuestra vida ajena a ese dialogo con la sombra. Pero si de la pausada investigación de mi prima surge la sospecha de que en un patio cubierto o en la sala se han armado los trípodes del camelo, entonces la familia se pone sus mejores trajes, espera a que el velorio este a punto, y se va presentando de a poco pero implacablemente.
En Pacífico las cosas ocurren casi siempre en un patio con macetas y música de radio. Para estas ocasiones los vecinos condescienden a apagar las radios, y quedan solamente los jazmines y los parientes, alternándose contra las paredes.
Llegamos de a uno o de a dos, saludamos a los deudos, a quienes se reconoce fácilmente porque lloran apenas ven entrar a alguien, y vamos a inclinarnos ante el difunto, escoltados por algún pariente cercano. Una o dos horas después toda la familia esta en la casa mortuoria, pero aunque los vecinos nos conocen bien, procedemos como si cada uno hubiera venido por su cuenta y apenas hablamos entre nosotros. Un método preciso ordena nuestros actos, escoge los interlocutores con quienes se departe en la cocina, bajo el naranjo, en los dormitorios, en el zaguán, y de cuando en cuando se sale a fumar al patio o a la calle, o se da una vuelta a la manzana para ventilar opiniones políticas y deportivas. No nos lleva demasiado tiempo sondear los sentimientos de los deudos más inmediatos, los vasitos de caña, el mate dulce y los Particulares livianos son el puente confidencial; antes de media noche estamos seguros, podemos actuar sin remordimientos. Por lo común mi hermana la menor se encarga de la primera escaramuza; diestramente ubicada a los pies del ataúd, se tapa los ojos con un pañuelo violeta y empieza a llorar, primero en silencio, empapando el pañuelo a un punto increíble, después con hipos y jadeos, y finalmente le acomete un ataque terrible de llanto que obliga a las vecinas a llevarla a la cama preparada para esas emergencias, darle a oler agua de azahar y consolarla, mientras otras vecinas se ocupan de los parientes cercanos bruscamente contagiados por la crisis. Durante un rato hay un amontonamiento de gente en la puerta de la capilla ardiente, preguntas y noticias en voz baja, encogimientos de hombros por parte de los vecinos. Agotados por un esfuerzo en que han debido emplearse a fondo, los deudos amenguan en sus manifestaciones, y en ese mismo momento mis tres primas segundas se largan a llorar sin afectación, sin gritos, pero tan conmovedoramente que los parientes y vecinos sienten la emulación, comprenden que no es posible quedarse así descansando mientras extraños de la otra cuadra se afligen de tal manera, y otra vez se suman a la deploración general, otra vez hay que hacer sitio en las camas, apantallar a señoras ancianas, aflojar el cinturón a viejitos convulsionados. Mis hermanos y yo esperamos por lo regular este momento para entrar en la sala mortuoria y ubicarnos junto al ataúd. Por extraño que parezca estamos realmente afligidos, jamás podemos oír llorar a nuestras hermanas sin que una congoja infinita nos llene el pecho y nos recuerde cosas de la infancia, unos campos cerca de Villa Albertina, un tranvía que chirriaba al tomar la curva en la calle General Rodríguez, en Bánfield, cosas así, siempre tan tristes. Nos basta ver las manos cruzadas del difunto para que el llanto nos arrase de golpe, nos obligue a taparnos la cara avergonzados, y somos cinco hombres que lloran de verdad en el velorio, mientras los deudos juntan desesperadamente el aliento para igualarnos, sintiendo que cueste lo que cueste deben demostrar que el velorio es el de ellos, que solamente ellos tienen derecho a llorar así en esa casa.
Pero son pocos, y mienten (eso lo sabemos por mi prima segunda la mayor, y nos da fuerzas). En vano acumulan los hipos y los desmayos, inútilmente los vecinos más solidarios los apoyan con sus consuelos y sus reflexiones, llevándolos y trayéndolos para que descansen y se reincorporen a la lucha. Mis padres y mi tío el mayor nos reemplazan ahora, hay algo que impone respeto en el dolor de estos ancianos que han venido desde la calle Humboldt, cinco cuadras contando desde la esquina, para velar al finado. Los vecinos más coherentes empiezan a perder pie, dejan caer a los deudos, se van a la cocina a beber grapa y a comentar; algunos parientes, extenuados por una hora y media de llanto sostenido, duermen estertorosamente. Nosotros nos relevamos en orden, aunque sin dar la impresión de nada preparado; antes de las seis de la mañana somos los dueños indiscutidos del velorio, la mayoría de los vecinos se han ido a dormir a sus casas, los parientes yacen en diferentes posturas y grados de agotamiento, el alba nace en el patio. A esa hora mis tías organizan enérgicos refrigerios en la cocina, bebemos café hirviendo, nos miramos brillantemente al cruzarnos en el zaguán o los dormitorios; tenemos algo de hormigas yendo y viniendo, frotándose las antenas al pasar. Cuando llega el coche fúnebre las disposiciones están tomadas, mis hermanas llevan a los parientes a despedirse del finado antes del cierre del ataúd, los sostienen y confortan mientras mis primas y mis hermanos se van adelantando hasta desalojarlos, abreviar el ultimo adiós y quedarse solos junto al muerto. Rendidos, extraviados, comprendiendo vagamente pero incapaces de reaccionar, los deudos se dejan llevar y traer, beben cualquier cosa que se les acerca a los labios, y responden con vagas protestas inconsistentes a las cariñosas solicitudes de mis primas y mis hermanas. Cuando es hora de partir y la casa está llena de parientes y amigos, una organización invisible pero sin brechas decide cada movimiento, el director de la funeraria acata las órdenes de mi padre, la remoción del ataúd se hace de acuerdo con las indicaciones de mi tío el mayor.
Alguna que otra vez los parientes llegados a último momento adelantan una reivindicación destemplada; los vecinos, convencidos ya de que todo es como debe ser, los miran escandalizados y los obligan a callarse. En el coche de duelo se instalan mis padres y mis tíos, mis hermanos suben al segundo, y mis primas condescienden a aceptar a alguno de los deudos en el tercero, donde se ubican envueltas en grandes pañoletas negras y moradas. El resto sube donde puede, y hay parientes que se ven precisados a llamar un taxi. Y si algunos, refrescados por el aire matinal y el largo trayecto, traman una reconquista en la necrópolis, amargo es su desengaño. Apenas llega el cajón al peristilo, mis hermanos rodean al orador designado por la familia o los amigos del difunto, y fácilmente reconocible por su cara de circunstancias y el rollito que le abulta el bolsillo del saco. Estrechándole las manos, le empapan las solapas con sus lágrimas, lo palmean con un blando sonido de tapioca, y el orador no puede impedir que mi tío el menor suba a la tribuna y abra los discursos con una oración que es siempre un modelo de verdad y discreción. Dura tres minutos, se refiere exclusivamente al difunto, acota sus virtudes y da cuenta de sus defectos, sin quitar humanidad a nada de lo que dice; está profundamente emocionado, y a veces le cuesta terminar. Apenas ha bajado, mi hermano el mayor ocupa la tribuna y se encarga del panegírico en nombre del vecindario, mientras el vecino designado a tal efecto trata de abrirse paso entre mis primas y hermanas que lloran colgadas de su chaleco. Un gesto afable pero imperioso de mi padre moviliza al personal de la funeraria; dulcemente empieza a rodar el catafalco, y los oradores oficiales se quedan al pie de la tribuna, mirándose y estrujando los discursos en sus manos húmedas. Por lo regular no nos molestamos en acompanar al difunto hasta la bóveda o sepultura, sino que damos media vuelta y salimos todos juntos, comentando las incidencias del velorio. Desde lejos vemos cómo los parientes corren desesperadamente para agarrar alguno de los cordones del ataúd y se pelean con los vecinos que entre tanto se han posesionado de los cordones y prefieren llevarlos ellos a que los lleven los parientes.

7 de julio de 2008

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UN CICLON PASO POR BELLA VISTA

Como hace una semana por el Torneo de la URBA, Hindú y Regatas se volvieron a ver las caras. Esta vez fue en Bella Vista y por el Nacional de Clubes, pero los de Don Torcuato se despacharon con otra goleada (78-45) y se metieron en los cuartos de final.
Quien sacudió de entrada fue Regatas con un drop de Santiago Camerlinckx, pero Hindú no le dio ni un minuto y a través de Belisario Agulla llegó al try. Ya desde el comienzo se vaticinaba que iba a ser un partido muy intenso. Y así lo fue, porque minuto tras minuto, si no había un penal a los palos aparecía un try.
Regatas seguía sumando con el pie y con el try de Ramiro Torres Picasso pasaba al frente en el marcador. Pero la contra torcuatense se hizo sentir y a partir del minuto 25´ todo fue para el visitante, que en un rato nomás se supo despachar con nada menos que cinco tries. Apoyaron dos veces cada uno Agulla y Gonzalo Feijoo, el restante lo hizo Francisco Fernández Miranda.
Hindú se encontró con el parcial a su favor 36- 19, con un juego más completo y con el pack encendido. Por su parte, Regatas tuvo grietas en la defensa y era conciente de que, al igual que hace siete días, le tocaba bailar con la más fea.
Después del descanso, pareció que a Hindú le habían cargado aun más las pilas y entro como una topadora. A los 3´ Feijoo apoyó su tercer try, lo siguió el pilar De la Fuente y again Belisario Agulla sumó una nueva conquista que lo colocó como trymen del certamen.
Regatas, a pesar de mostrar unas cuantas fallas, bajo los brazos, y logró llegar al try en varias oportunidades más, Joaquín Fernández Gil (dos), Nicolás Christie Newbery y Matías Paulini.
El bicampeón porteño metió aire nuevo en la cancha con siete cambios, pero el rendimiento no bajó ni un punto. Todavía faltaban más puntos y éstos iban a venir de la mano de Patricio Solano, Hernán Senillosa y el debutante Avalos, para cerrar la cuenta de los de Don Torcuato.
Hindú se consolida en la URBA y en la Nacional no se descuida, lo demostró en Bella Vista, que como hace una semana atrás volvió sufrir el embate de un ciclón.

Titulares: 15- Joaquín Fernández Gill, 14-Facundo Maciel, 13-Ramiro Torres Picasso, 12- Matías Fernández Gill, 11-Facundo Rearte, 10- Santiago Camerlinckx, 9- Lucas Loviscek (c), 8-Matías Paulini 7- Santiago Gallardo, 6- Nicolás Christie Newbery 5- Enrique Vidal , 4-Sebastián Zapata, 3- Matías Lasala, 2- Martín Monopoli y 1- Fernando Tamburrino.

Cambios PT: 11´ Facundo Rearte x Lecot. ST: 1´ Manuel Ruiz x Matías Fernández Gill y 5`Domingo Chiloteguy x Gallardo.

Entrenadores: Vidal y Servetto.

FUENTE: rugbyfun

EL AZUL Y ORO MECANICO


Como la semana pasada, Hindú pasó por a arriba a Regatas de Bella Vista en un partidazo de ida y vuelta con un try tras otro. El equipo de Don Torcuato clasificó para los cuartos de final del Nacional de Clubes. Ambos equipos obtuvieron el bonus

Bella Vista vivió en una semana dos tardes de alto voltaje. Los locales recibieron a Hindú por segunda vez consecutiva, por la 10ª fecha del torneo de la URBA y por el Nacional de Clubes. En el primer encuentro, los de Don Torcuato se llevaron el triunfo por 70 a 36 y en el segundo encuentro también golearon por 78 a 45.

Regatas, por experiencia, sabia que era una tarde durísima. Por eso desde el minuto cero el apertura Santiago Camerlinckx sorprendió con un drop de mitad de cancha. Hindú enseguida sacó su mejor caballito de batalla: al wing Belisario Agulla le bastó tan sólo un minuto y medio de juego para llegar al ingoal. El ritmo del partido ya era intenso y el marcador no tendría descanso.

Regatas ante el primer penal obviamente pidió palos, el fullback Joaquín Fernández Gill lo convirtió y Camerlinckx metió otro drop para poner las cosas 9 a 5. Regatas sólo pensaba en sumar y llegó al try de la mano del pilar Ramiro Torres Picasso y Fernández Gill convirtió. Muy poco tiempo después él mismo convirtió otro penal para los locales. Cuando el resultado mostraba que Regatas ganaba 19 a 5, y todo parecía indicar un batacazo del local, Hindú, con Manasa nervioso, reaccionó, le pasó la pelota a Agulla y anotó 5 puntos más.

Después apareció el wing Gonzalo Feijoo, marcó un try convertido por el apertura Juan Fernández Miranda. Feijoo llegó 3 veces al ingoal con la ayuda de Juan Ignacio Gauthier, en un excelente nivel y la figura de la tarde. El fullback construyó todas las jugadas que terminaron en try. La defensa de Regatas tuvo grandes imprecisiones como los dos knock-on seguidos que cometió el medio scrum Lucas Loviscek. El equipo sólo tuvo apariciones fugaces y poco pudo hacer con los forwards y los tres cuartos visitantes. Con el try del medio scrum Francisco Fernández Miranda Hindú consiguió el punto bonus, Agulla hizo el quinto y Feijoo, con las conversiones de Manasa, cerró el parcial 19 a 36.



Foto: Maria Casalins

En el complemento tampoco hubo respiro, el mismo que cerró el parcial abrió el total, Feijoo apoyó por tercera vez. Después le tocó el turno al pilar Mariano de La fuente y otra vez a Agulla. A esa altura cuando el tanteador indicaba 19 a 57 todo Bella Vista estaba resignado. Pero el descuento siempre llegaba y de la mano de Fernández Gill, en el medio otro de Patricio Solano. Sobre el final, la seguidilla: el Chori Senillosa; Nicolás Christie Newbery, descuenta y consigue el punto bonus; Federico Ávalos alargó la distancia y Matías Paulini -para los locales- dejó las cosas 45 a 78. 78 puntos y 12 tries en un partido dejan como resultado un equipo que es una verdadera maquina de golear y que es líder en los dos torneos.
Voces y Frases

Domingo Chimondeguy (Tercera línea de Regatas): “La verdad es que jugaron mucho mejor que nosotros como el sábado pasado. Son muy buenos. Tienen mucho volumen de juego. Fue muy difícil defender, este año lo que más fallamos fue la defensa”.


fuente:rugbytime