9 de septiembre de 2008

FUTURO


Porfirio Carreras ingresa a su despacho en la UAR y antes de sentarse lanza un “Uff, hoy un fue un día terrible”. No se refiere precisamente al caos de vehículos y protestas varias que transforman, como siempre, al centro porteño en un caos. No se le piden datos, pero su cara refleja el cansancio. “¿Mi trabajo? Buena pregunta…”, contesta cuando se lo consulta por cómo hace para compatibilizar su profesión -y sustento económico- de abogado con su decisión -amateur- de estar al frente de la entidad que rige al rugby argentino. Cuenta que llega todos los días a la UAR a las 12 del mediodía y que se marcha cuando la calle Rivadavia, a cuadras del Obelisco, es un desierto sólo dibujado con el paso de los cartoneros o de chicos desamparados que buscan una moneda o algo de comida.

Carreras se desploma sobre su sillón y enfrente quedamos Guillermo Accame y quien esto escribe. Apoyado contra una pared, el jefe de prensa de la UAR, Rafael Laría, que después nos dará una mano con las fotos. El reportaje solicitado por periodismo-rugby arranca sin un minuto de retraso y se extiende por casi dos horas. Sin interrupción alguna. Ni siquiera puede ingresar a la oficina la secretaria que parece que trae algo importante. Y, afuera, otros dirigentes tendrán que esperar al presidente para decidir temas y firmar papeles. Porfirio sólo se relaja cuando antes de entrar de lleno en el reporrtaje, habla de Alumni, “mi segunda casa, adonde voy y encuentro el cable a tierra”. Después, y esta es apenas una impresión, demuestra que tiene ganas de hablar y, también, -y sigue siendo una impresión- que todo lo que dirá inevitablemente arrojará polémicas. Ya se verá.

- ¿Cuáles son hoy los planes a corto plazo de la UAR?

- Es difícil hablar de cortos plazos porque el día a día te va imponiendo temas todo el tiempo. Creo que en este poco tiempo (esta conducción asumió el 22 de febrero) hemos hecho bastante: elaboramos un Plan Estratégico que fue aceptado por el IRB, logramos destrabar los fondos del Board, tuvimos varias reuniones, avanzamos en el objetivo de insertar a Los Pumas en una competencia internacional, creamos una subcomisión de rugby profesional, contratamos a un gerente general. Te diría que ahora tenemos que seguir con lo establecido en el Plan Estratégico.

- ¿Y cómo sigue?

- Bueno, ahora nos estamos por mudar (ver post Presentación) y eso nos permitirá estar en unas oficinas más cómodas y mejor equipadas que estas. En cuanto a los objetivos del Plan Estratégico, lo que viene es avanzar lo antes posible con los Centros de Alto Rendimiento y Desarrollo, una tarea para la cual es clave el trabajo de él (y señala a Accame). Estamos buscando los lugares y las condiciones, pero te repito, no se puede hablar de un tema solo. Son muchos los que hay resolver en el día.

- ¿Qué características tienen que poseer los lugares que están buscando?

- Ante todo, que tengan espacio para una cancha. También tienen que estar a nombre de la UAR, porque eso es lo que nos obliga el IRB en el reparto de los fondos que nos fueron asignados. Ya tenemos en vista un par de lugares, al menos en el más grande, que será en Buenos Aires.

- ¿Se puede saber dónde?

- No, es una cuestión confidencial y no te la podemos decir (NdR: el diario Olé publicó el domingo que podría ser en Nordelta).

- Se mencionó que buscan algo parecido al lugar que tiene la AFA en Ezeiza.

- Tampoco. Sí quizá la idea a largo plazo es que en este Centro también funcionen las oficinas de la UAR. Pero muy a largo plazo.

- ¿Qué conclusiones se sacaron de la última visita de los enviados del IRB?

- Ellos ven que estamos haciendo lo que se pactó, aunque les gustaría que fuesemos más rápido. Nosotros tratamos de explicarles las dificultades que no sólo tiene el rugby argentino, sino el país. Esto no se puede cambiar de un día para el otro y va a llevar tiempo. Entendien, pero también te meten presión.

Habla Accame: “Nos dijeron algo muy claro: “Está bien, si pueden, vayan más rápido, pero siempre fíjense quiénes vienen detrás: si están solos o compañados“. Para ellos eso es fundamental”.

- ¿Y quién viene atrás en todo este proceso de cambio?

- Y… Ahí está el tema (retoma Carreras). Yo soy conciente que no tengo, bah, no yo, sino esta conducción, todo el apoyo necesario. Que me miran con desconfianza cada paso que doy. La lucha interna que hubo antes de las elecciones fue muy dura y aún no se zanjó. El Interior siento que no me tiene toda la confianza y también hay que ver cómo responden los clubes de Buenos Aires con lo que pretendemos hacer. El otro día tuve una reunión con todos los presidentes, que son mis amigos, pero no siento que hay una voluntad absoluta para instrumentar los cambios que nos obligan estos tiempos.

- Concretamente, ¿cuáles son los cambios a los que te referís? Supongo que tienen que ver con el paso concreto al profesionalismo.

- Sí, sobre todo. Nosotros estamos dispuestos de una buena vez a no seguir como antes. Y en eso no hay vuelta. Que no me vengan a decir a mi que esta conducción es la va a introducir el profesionalismo en la Argentina. Esto ya fue hace muchos años desde el día que se le permitió a un jugador profesional ponerse la camiseta de Los Pumas. El tema es que lo que pasó en el Mundial abrió un nuevo escenario que nos da una enorme posibilidad de crecer, pero haciendo las cosas como se deben y no a medias, como hasta ahora. Eso no va más.

- ¿Entonces?

- El rugby argentino tiene dos cosas que relucen. Una, la más visible, la que más genera no sólo económicamente, es el seleccionado. La otra, la que no tiene ningún otro país del mundo, que es única y que además es nuestro orgullo, son los clubes. Hay que apuntar a solventar las dos sin que una se coma a la otra.

- ¿Y cómo se hace?

- Ya le hicimos entender al IRB que acá es imposible una competencia profesional. Que no va con nuestra cultura y, además, porque vimos que eso, por ejemplo en Escocia, tuvo un muy mal resultado. Ellos formaron dos equipos profesionales regionales que se terminaron gastando todo el dinero para el resto del rugby sin ningún resultado. Y ahí está Escocia, que sólo tiene poder porque está en el Reino Unido. Nosotros necesitamos generar recursos con Los Pumas para solventar no sólo al profesionalismo, sino a los clubes.

- Insisto. ¿Cuál es el plan, entonces?

- En principio, frenar el éxodo de jugadores a Europa. Captarlos aquí para que tengan una preparación adecuada a la alta competencia e ir armando uno o dos equipos que con el tiempo puedan encontrar una competencia de importancia, no en Europa, porque allá no nos quieren y porque el IRB nos situó en el Sur, sino a nivel Panamericano, en el Pacífico o en el Sur, probablemente en el Súper Rugby (hoy el Súper 14). Pero no como ahora, con el plan de viaticados. Algo acorde a lo que exige hoy el rugby profesional.

- ¿Esos jugadores actuarían en sus clubes?

- No. Y ahí está la cuestión que planteé antes. Los clubes tendrán que aceptar que iremos y les sacaremos a los jugadores que estén para la alta competencia. Que en vez de que se los lleven a Europa, se queden acá.

- En verdad suena difícil de aceptar. ¿Y con los que ya están en Europa, que son la mayoría de los titulares en Los Pumas?

- La idea es repatriarlos, porque no podemos seguir aspirando a jugar el Tres Naciones si no disponemos de los jugadores. Ya se vio en la ventana de junio y en el test con los Springboks. Es un plan hacia el 2012, que creo que es cuando estaremos en condiciones de entrar al Tres Naciones.

- ¿Y cómo se hace para decirle a un jugador que gana un muy buen sueldo en Europa que se vuelva a la Argentina?

- Bueno, ya lo hablamos con los jugadores. Si no tenemos el apoyo de ellos en esto, no podemos seguir avanzando. Aedmás, hay que tener en cuenta cómo está hoy el mercado, con un Norte muy poderoso y un Sur no tanto. Que Europa esté contratando a neocelandeses, sudafricanos, australianos, fijianos y samoanos para que jueguen en sus clubes en algún momento va a significar que nuestros jugadores ya no tengan tanto lugar en Europa.

- ¿Y de cuánto dinero se habla? ¿Cuánto cuesta tener un plantel estable, con todos, acá en la Argentina?

- Entre 10 y 15 millones de dólares.

- Pero esa plata en la Argentina es imposible, sobre todo porque el IRB ya aclaró que los fondos que destina no son para pagarle a los jugadores.

- Los fondos saldrían de jugar el Tres Naciones. Cada Unión del Sanzar recibe anualmente del Tres Naciones dividendos por 100 millones de dólares. Obviamente, a la Argentina no le van a dar esa cifra, pero con 30 millones me doy por contento.

- Es un escenario complicado desde mi punto de vista, pero vuelvo a lo que planteaste antes: ¿Cómo avanzar con todo esto cuando ni siquiera se pudieron aprobar los nuevos estatutos que entre otras cosas incluyen este proceso hacia el profesionalismo?

- Pero los estatutos no se aprobaron por otra cuestión, aunque yo sigo aspirando a que ese tema se solucione.

- Es por la puja Buenos Aires-Interior. A propósito, ¿se avanzó algo en estos meses?

- No, hasta donde yo sé. Yo al Interior ya le dije que tendrá mucha participación con los Centros de Alto Rendimiento y Desarrollo, que no habrá postergación a sus intereses, pero como te dije antes, percibo que no me tienen todavía confianza. Pero no apuntemos sólo al Interior. Buenos Aires también debe entender que necesitamos que, por ejemplo, atienda a algunas cuestiones como la competencia interna y que modificar la estructura de su campeonato es indispensable para organizar un Nacional de Clubes en serio.

- Después de contar todo este plan, ¿cuál es tu verdadera percepción?

- Este plan no se elaboró de la noche a la mañana. Ha sido estudiado con consultoras, con el IRB, analizado al máximo. No es un simple papel. Son más de 100 hojas. Sé que es complicado de llevarlo adelante, pero ese es el desafío. Y vamos hacia allí.

fuente: periodismorugby