9 de marzo de 2009

SEVEN UP


Los Pumas se convirtieron en la primera Selección en jugar una final mundialista. Llegaron invictos tras vencer a Sudáfrica y Kenia y cayeron 19-12 contra un sorprendente Gales. Otro hito histórico.
A medida que la Selección de 15 avanzaba -y cómo- en Francia 2007, ganar un Mundial dejó de ser por momentos, y por efectos de la euforia, algo utópico para Los Pumas. Pero la ilusión se apagó en semi. El equipo de seven reencendió aquella sensación ayer en Dubai... y estuvo aún más cerca. Demasiado. Al punto de que la frustración por no haberlo logrado amargó, en caliente, la tremenda campaña. Estos 12 muchachos, todos del medio local, llevaron a un representativo nacional a una final mundialista por primera vez en la historia. Los Pumitas obtuvieron siete títulos, pero cuando el certamen no era organizado por el IRB sino por la Federación Internacional de Rugby Amateur; y la única única potencia que participaba era Francia.

Agustín Pichot y Cía. marcaron a fuego en los libros el mote Pumas de Bronce. Santiago Gómez Cora -líder del seven- y los suyos se sumarán a esas páginas como Pumas de Plata. La Selección llegó como candidata a Dubai tras haber salido campeona en la etapa de San Diego, tres semanas atrás; y se metió en una final inédita con Gales. Nueva Zelanda, Fiji, Inglaterra, Sudáfrica, los grossos, vieron el show desde las tribunas, entre los 34.000 fans.

El sueño de ser campeones del mundo recién se empezó a enfriar a falta de dos minutos para la sirena de cierre (son dos tiempos de diez). Así de cerca. La chapa estaba 12-12 y se olía un suplementario. Pero Aled Thomas levantó la pelota de un scrum, vio el hueco y no paró hasta el ingoal. La conversión selló el definitivo 19-12 y una coronación inesperada por los propios galeses, que jamás ganaron un título en el Circuito y su objetivo para Dubai era "pelear por la Copa de Plata". Increíble.

Los Pumas, semifinalistas en Mardel 2001 como mejor actuación, hicieron un torneo espectacular apoyados en la defensa -hasta la final les habían hecho sólo cuatro tries-, en el aprovechamiento de las chances ofensivas y en la picardía para manejar los partidos. Hubo enormes producciones de Gonzalo Camacho, Lucas González Amorosino, Martín Rodríguez y Martín Bustos Moyano, pero los demás estuvieron ahí en las calificaciones. A Gales le habían ganado el sábado, en la fase inicial, 14-0. Pero el camino de cada uno hacia el duelo decisivo cambió las cosas. Los Dragones llegaron más enteros físicamente, en el techo anímico tras haber bajado a los All Blacks y Samoa y fueron más inteligentes. Pese al arranque 0-5 sin ver la pelota, la Selección lo dio vuelta con try de Rodríguez y tuvo tres chances claras más en el primer tiempo. Una de Agustín Figuerola (knock on a un metro del ingoal) y dos de Santi Gómez Cora (un knock on a centímetros de la meta), que jugó en una pierna. Los galeses, en cambio, no perdonaron una mínima falla argentina y defendieron a la argentina. Así se quedaron con la Copa Melrose (ciudad en la que fue inventado el seven). Esa copa que podría estar viajando para acá.

FUENTE: ole