CAMPEONES (SUB)
Faltó nada. Ahí nomás quedó la ilusión por la Copa Melrose. Los Pumas estuvieron en las puertas de terminar de atrapar la historia, lo que no significa que no hayan hecho historia. Gales, más certero, más entero y, al fin, mejor en esta final de 20 minutos, se llevó el Mundial de Seven de Dubai al vencer por 19-12 con un try convertido cuando restaba un minuto y medio para el pitazo final del árbitro australiano Andrew Lees. Duele ahora, porque se podria haber ganado, se valorará como corresponde unas horas nomás.
El rugby argentino -sus jugadores, su cuerpo técnico, su historia, los que han apoyado una preparación acorde a este nivel- alcanzó un nuevo hito que se agrega al tercer puesto en el Mundial de XV del 2007. Un subcampeonato mundial de 7, en una especialidad a la que el IRB apunta para llevar a los Juegos Olímpicos, ante rivales como Nueva Zelanda, Sudáfrica e Inglaterra, que le aportan una fuerte infraestutura, o como todo lo que siempre promete Fiji, es un capítulo que termina de poner a la Argentina en lo más alto de la escena mundial.
Después de los éxitos de hoy ante Sudáfrica y Kenya, Los Pumas fueron por los sorprendentes galeses, a quienes habían derrotado con claridad en la primera rueda. Pero Gales ya había demostrado en este última jornada que no era el mismo. Se entonó volteando a Nueva Zelanda y después se quitó de encima a los durísimos samoanos.
En la primera jugada de la final, los argentinos no la pudieron tocar y Gales apoyó a través de Richie Pugg. Martín Rodríguez, con un try convertido por él mismo, puso a Los Pumas 7-5, pero Tal Selley desniveló con otro try, esta vez convertido por Aled Thomas.
Duncan Forrester y Gonzalo García decidieron poner de entrada a Samtiago Gómez Cora, el capitán, la figura, el tryman, quien no había jugado ni un segundo en este sábado a raíz de una lesión. No se lo vio en plenitud al jugador de Lomas, que de haber estado 10 puntos, hubiese apoyado su try sobre el final de la primera etapa.
En el complemento, ingresó Martín Bustos Moyano (enorme torneo) y, pronto, Gonzalo Camacho (otra fiera) dejó la chapa 12-12. Hasta ahí había tiempo extra.
Pero tras un scrum sobre un costado de la cancha, Aled Thomas se filtró entre dos argentinos. Tuvo piernas y calidad para terminar abajo de los palos. El reloj marcaba 8.43. Los Pumas ya no tenían resto.
Nadie apostaba por Gales antes de empezar este torneo. Es uno de los grandes -como Irlanda, Escocia o hasta Australia- que no le da tanta importancia al Seven y, por eso, su presencia en el Circuito Mundial pasa sin ton ni son. Pero acá se agrandó a medida que fueron pasando los partidos, jugando en equipo, con el manejo de la pelota que es sello de su rugby. Si uno analiza las historias, Argentina al que más se parece en el rugby es a Gales.
Fue el Seven de las sorpresas: los favoritos quedaron afuera en los cuartos de final. Y aparecieron los africanos: Kenya se instaló en la semifinal y Zimbabwe se llevó la Copa de Bronce derrotando a Irlanda por 17-14. La de Plata fue para el país donde se inventó el seven: Escocia le ganó la final a Australia por 21-17.
Fue, además, el primer Mundial de las mujeres. Allí sí la final fue entre dos potencias. Y Australia se dio el gran gusto ante Nueva Zelanda (15-10) en un partido de ida y vuelta y con un final emocionante.
Es muy posible que en el mundo del rugby aún no comprenda cómo Los Pumas siguen consiguiendo resultados tan impactantes mientras acá se continúa discutiendo para dónde ir. Este segundo puesto, como aquel tercero, seguramente será adaptado para cada discurso. Pero, al menos por hoy, dejemos el debate para el lunes. En este sábado disfrutemos y felicitemos a este grupo del Seven que se preparó en serio desde el comienzo. No olvidar que Santiago Phelan comenzó su tarea de head-coach precisamente asistiendo a un entrenamiento del plantel de Seven. Tampoco olvidar que el equipo estuvo unido, que se confió la conducción a gente preparada y que se efectuó una puesta a punto a conciencia. No se viajó a Dubai, como en otros tiempos, a ver qué pasaba.
Y, por último, la mística, que afortunadamente, sigue intacta. Reflejada en todos, pero quizá simbolizada en los Gómez Cora, quienes todos los días se cruzaban la ciudad para viajar desde Lomas hasta el Pinazo por el sólo hecho de calzarse la celeste y blanca. Por eso, para aquellos que sólo atienden a los resultados, hay que decir que estos Pumas han sido campeones. El sub es un paréntesis.
fuente: periodismo-rugby