17 de mayo de 2009

A FALTA DE TRES CUARTOS

Un Hindú sin sus habituales figuras tuvo que arremangarse para sacar adelante el partido contra Regatas, que por momentos dominó pero no supo cómo anotar. Al tricampeón, con el pack, defensa y oportunismo le alcanzó para ganar 25-3 y clasificarse al Top 14.
n épocas no muy lejanas, las ausencias o retiros de los Amaya, Lu Pulido, Maxi Martínez, Cavallini, Mourín y algunas firmas más dejaban a Hindú, aparentemente, huérfano de forwards ásperos, de los que meten miedo y, a la vez, polenta como para comerse crudos a sus rivales.
Ellos eran reemplazados, de a poco, por colegas que, en un principio, daba la impresión -en todo sentido menos en la técnica- de tener menos talla para las grandes paradas. Pues bien, la imagen que acabó reflejando ese espejo fue todo lo contrario: el pack de este Hindú -nombres más, nombres menos- es el que saca la cara por el equipo cuando éste destiñe por los faltazos de sus estrellas encumbradas. Cuando los backs están lesionados o son convocados a los seleccionados, los no tan gordos van al frente y ganan partidos. Como el que se presentó ante Regatas en Don Tocuato. Durísimo. Que al cabo, fue para el local 25-3, lo cual generó la automática clasificación al Top 14, a falta de dos fechas para el cierre de la fase inicial.
Datos de la enfermería de Don Torcuato: lesiones de los tres Fernández Miranda, Delguy, Senillosa, Ostiglia y Lorenzetti. Datos de la administración de Don Torcuato: ausentes Agulla y Díaz Bonilla por los Jaguares y el seven. Datos de la gendarmería: hace pocos días Gauthier volvió de Italia (consecuencia: poco entrenamiento y regreso en la Intermedia). Ultimos datos: Escobio, Soldini y Joaquín Díaz Bonilla (Pumitas con pronto destino al Mundial de Japón), crezcan de golpe y háganse cargo. Con semejante panorama, entonces, Hindú salió a jugar de Hindú ante un Regatas necesitado de puntos. Pero pronto se dio cuenta de que no iba aser lo mismo de (casi) siempre. Porque enfrente había un equipo combativo que cerraba los caminos del try, sobre todo porque los especialistas veían desde la tribuna. Quizá en la única jugada galáctica, Fran Bosch recibió y vio la marca de Joaquín Fernández Gill y Christie Newbery. ¿Qué hizo el cubano? Pensó, amagó, cambió de paso y se filtró. Gran acción individual, que le costó un desgarro en el isquiotibial izquierdo como souvenir. Sí, otra baja más... Hindú se quedaba sin un definidor y a ponerse el overol, nomás.

Los forwards entendieron que, para que ganara su equipo, les tenían que ganar la batalla a sus colegas-adversarios. Si bien Escobio buscaba los huecos y Fernández trataba de conducir, los tries no iban a aparecer... Regatas, viendo el panorama, se animó a buscar con el atorrante Ibarra, los picantes Joaquín Fernández Gill y Vega más el todoterreno Chimondeguy. Y tanto fue que... mereció el try pero no lo consiguió. Increíblemente lo desperdiciaron Duro y Lecot, con sendos knock ons. Y hubo más jugadas de ese estilo, aunque no tan cerca de la meta. Bella Vista fallaba la última puntada. Eso, con un Hindú que no te deja muchas y aprovecha las pocas, es suicidio...
Y así fue nomás. Faltó que un bombazo cayera cerca del recién ingresado Manuel Ruiz para que el fullback dudara y, posteriormente, Iachetti estirara su brazo como un hombre elástico para facturar. Y que después Faraone saliera de dónde-uno-vaya-a-saber de una formación para escaparse y liquidar el encuentro.

Premio para el que lo aprovechó.

FUENTE: rugbytime