28 de enero de 2010

CADA VEZ MAS DIVIDIDOS

A medida que van transcurriendo estos calurosos primeros días de 2010, el debate dentro del rugby de Buenos Aires alrededor del Plan de Alto Rendimiento (Pladar) de la UAR se acentúa y las aguas parecen cada vez más divididas. No aparecen, por ahora, las posturas intermedias. Están los que sostienen que debe ratificarse lo votado en mayo (o sea, que los jugadores que integran el Pladar ya no puedan actuar en sus clubes) y los que argumentan rever la medida, al menos por este año.
En tanto, el terreno se va sembrando con declaraciones y cartas de varios actores que se han publicado en distintos medios -LA NACION es uno de ellos, ocupándose del asunto ya desde el año pasado- que manifiestan esas dos posturas. Sin embargo, aún no existe una fecha definida para tratar el tema donde verdaderamente corresponde: en una asamblea extraordinaria de los clubes de Buenos Aires.
La URBA sólo tiene fijada una asamblea ordinaria para el lunes 1º de marzo, en la cual en el orden del día figuran otros ítems, como el estado de la Memoria y Balance de la entidad, los montos de las cuotas de inscripción para 2010 y la renovación de una docena de cargos para el futuro Consejo. Pero sería inconducente suponer que no habrá al menos un cónclave de cualquier tipo antes de esa fecha, teniendo en cuenta la seriedad de lo que se está atravesando. "Va a existir por lo menos una reunión de los presidentes de los clubes en febrero, de la cual saldrá un pedido de una asamblea extraordinaria. De hecho, ya la pidió La Plata Rugby Club en la carta que le envió a la conducción de la URBA a fines del año pasado", me comentaba ayer alguien que conoce muy bien los pasillos de la casona de la calle Pacheco de Melo. También se le solicitó a la URBA, a través del club San Patricio, que se programe una conferencia de prensa.
Ocurre que los tiempos apremian, en buena parte porque el rugby argentino -no sólo el de Buenos Aires- suele reaccionar con una lentitud que tiene que ver también con las características de sus estructuras amateurs. No hay que olvidar que a mediados de febrero, el seleccionado Pampas XV ya estará en Sudáfrica para disputar la Vodacom Cup, llevando en sus filas a 20 jugadores de la URBA.
Pero también apremian porque hoy el rugby argentino se encuentra en una fractura no escrita que necesita definiciones urgentes. Porque la división está dentro de la URBA -ya no hay unanimidad entre los clubes y tampoco en la conducción, además del malestar de los jugadores- y también en la UAR, pues el resto de las Uniones del país sí aceptan el Pladar. Es más: tienen previsto presentar, al revés de Buenos Aires, a sus jugadores en el Argentino que se disputará en abril.
En ese ámbito, también ha estado circulando por mail una carta que le envió a Alumni, su club, el presidente saliente de la UAR, Porfirio Carreras. En ella resalta que la entidad madre del rugby pidió en su momento extender el tiempo de transición con el Pladar hasta 2012, que los clubes fueron informados y explica con crudeza sus discrepancias con lo resuelto por la URBA.
Desde los clubes de Buenos Aires, los interrogantes van ahora más allá de lo coyuntural, pues se requiere información más concreta de dónde termina el Pladar, sobre todo con los juveniles. Las dos posturas, la de ratificar lo resuelto en mayo y la de reverla, cuentan con adhesiones, aunque nadie puede asegurar cuál triunfará. Quizá con toda la información en la mano, con el calor del debate y con la mira puesta en todo el rugby argentino, aún haya tiempo de salir de éste brete. Pero los márgenes son cada vez más estrechos

FUENTE: Jorge Búsico, La Nación

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