17 de agosto de 2009

ANILLOS

El rugby dio hoy un paso trascendental e histórico en la búsqueda de nuevos horizontes competitivos, comerciales y de integración. La recomendación del Comité Olímpico Internacional (COI) para que este deporte sea aceptado a partir de los Juegos del 2016 es un espaldarazo internacional que el IRB venía buscando con obsesión en los últimos años.
Si bien la decisión final estará en manos de la votación que realizarán los miembros del Comité Ejecutivo del COI el 9 de octubre en la ciudad danesa de Copenhague, podría decirse que el rugby, en su modalidad de Seven, tiene más de un pie adentro del movimiento olímpico, al que abandonó en 1924.
Lo que hizo el COI este mediodía en Berlín -allí está reunido por la celebración del Mundial de atletismo- fue recomendar a dos de los siete deportes que se postulaban para los Juegos del 2016, cuya sede también será definida en la reunión de octubre en Copenhague.
El rugby ganó la primera gran puja junto al golf, que en los últimos meses incrementó su artillería, sacando a la cancha incluso a Tiger Woods, quien a fin de año puede llegar a convertirse en el primer deportista en la historia en alcanzar los mil millones de dólares en ganancias.
La unión COI-IRB era predecible. El olimpismo observó el éxito que significó desde lo deportivo y -esencialmente- desde lo comercial, el último Mundial realizado en Francia y al cual el presidente de esa entidad, el belga Jacques Rogge (un ex rugbier con siete caps para su país), fue invitado VIP.
En tanto, desde el IRB, la necesidad de buscar nuevos horizontes deportivos y -esencialmente- comerciales hizo imperioso el regreso a los Juegos Olímpicos, que el rugby obvió durante tantos años por considerar que no se debía mezclar con otros deportes profesionales.
Por eso, una vez concluído el Mundial de Francia y después de un par de rechazos desde el COI, el IRB, con el francés Bernard Lapasset a la cabeza, se puso como meta principal ganar una de las dos plazas en pugna para el 2016, con una posibilidad -aún muy lejana- de estar en Londres 2012 como exhibición, teniendo en cuenta que en Inglaterra se inventó este deporte.
La campaña del IRB para llegar a los Juegos se basó en todo lo que el rugby puede aportar desde el espíritu y, también, desde otros aspectos. Se sabe: el Seven es ideal para la televisión y para enganchar a la gente que no entiende mucho de este deporte. Más aún: en una semana -la primera, antes del ingreso del atletismo- se propone colmar el estadio olímpico.
Por último, el rugby además ofrece la posibilidad de ganar medallas a países que no suelen figurar en lo más alto de los podios olímpicos. Allí, la Argentina también tendrá su chance.
El COI, por su parte, hace una jugada de marketing fabulosa. De los siete candidatos (los otros cinco son el karate, el béisbol, el sóftbol, el squash y el patín), el rugby y el golf son, lejos, los que más sponsors -todas empresas de primer nivel- pueden acercar.
El IRB celebra hoy en su página este paso. Hasta aquí, el vínculo Juegos Olímpicos-rugby había sido casi nulo. Apenas cuatro participaciones y ninguna con más de cuatro países. La última, en 1924, incluso terminó con un escándalo.
Si el rugby finalmente es aceptado en octubre, este deporte gozará en el futuro de subvenciones estatales (así lo obliga la Carta Olímpica) y de un acercamiento a la mayoría del planeta.No es poco.

FUENTE: periodismo-rugby

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