TIEMPOS
Apenas un año ha transcurrido desde el debut de Santiago Phelan como head coach de Los Pumas. Con 10 partidos en el medio: cinco acá y otros tantos en el exterior. Cuatro victorias (en Rosario, Roma, Salta y Vélez) y seis derrotas (en Vélez, Córdoba, Johannesburgo, París, Dublin y Manchester). Capítulos que tuvieron sus altibajos pero que no deben analizarse sólo desde el lado de los números.
Desde aquel test ante Escocia en Rosario post Bronce mundialista hasta este partido del sábado con los Barbarians Franceses en Vélez, el balance para Los Pumas puede considerarse positivo al menos por dos cuestiones que, se insiste, no tienen que ver con los resultados: el probar jugadores con vistas al recambio e intentar variantes al esquema de juego.
Para esta serie de junio, el staff técnico convocó a 30 jugadores y todos tuvieron al menos un rato en cancha. En la gran mayoría de los puestos se ensayaron dos alternativas y todos tuvieron la chance de mostrarse. Dato agregado: en la era Phelan ya fueron 47 los jugadores que se calzaron la camiseta Puma.
Esta decisión sana de probar dio algunos frutos en puestos en los que se abrían grandes incógnitas: Alfredo Lalanne demostró que puede pelear por la 9 junto a Nicolás Vergallo (y queda Agustín Figuerola, lesionado antes de los test); Genaro Fessia rindió de manera óptima como 6; Lucas González Amorosino es una buena alternativa para el 15 que dejó vacante Ignacio Corleto; Santiago Fernández rindió a lo grande en el centro con el agregado de que también puede jugar de 10; Marcos Ayerza cumplió como 3 aunque sea 1 y Gonzalo Camacho se ganó un lugar en una de las puntas.
La serie también dejó en claro que este equipo tiene pilares indisolubles entre los veteranos de mil batallas (Mario Ledesma y Rodrigo Roncero) y los consagrados en el último Mundial (Patricio Albacete, Juan Fernández Lobbe, Juan Leguizamón, Horacio Agulla y Gonzalo Tiesi). Con un crack de lujo como Juan Hernández y con otro emblema que volverá en noviembre, el capitán Felipe Contepomi.
Dentro de ese panorama, Los Pumas lograron también una importante prueba de carácter. De Manchester a Vélez hubo un cambio abismal. En eso de la mística histórica se puede estar tranquilo.
Además, se intentó, a veces bien y otras no, con otro esquema de juego, menos rígido y con más fases. Salió en Salta y se buscó siempre en Vélez, aunque con menos resultados. Pero hay una idea que, como todo, necesitará sus tiempos.
Pero de este mes intenso en el plano internacional para el rugby argentino hay que agregar a los Jaguares, la segunda plataforma que ha lanzado la UAR como emblema del PladAR. Llevan más partidos en el año que Los Pumas (7 contra 3) y tendrán también más en lo que resta del 2009.
Después del lanzamiento ante Namibia, los Jaguares se distribuyeron en dos frentes: la Churchill Cup y el Sudamericano, con eje principal -por la categoría de los rivales- en la primera competencia, que concluyó este fin de semana en Denver, Colorado.
Los Jaguares y el PladAR han demostrado que pueden ser una fuente más que interesante de contribución a Los Pumas. Por jugadores y por línea de juego, que está emparentada con lo que pretende el seleccionado mayor. No olvidar un detalle fundamental: Phelan es el head coach de todos los seleccionados.
O sea, entre Pumas y Jaguares de la Churchill, en este mes se calzaron la celeste y blanca 56 jugadores; actuaron todos. Con un dato saliente: 25 juegan acá. A ellos hay que agregarles los 26 que fueron al Sudamericano.
Habrá que ver cómo se dan el futuro otras decisiones, que no pasan por los jugadores. Acá y afuera, porque en rigor de verdad nada cambió el tercer puesto en el Mundial y nada cambiará hasta Nueva Zelanda 2011. Y mantener la paciencia en la crítica. El camino se está recorriendo. Es largo y complicado. Necesita tiempos.
fuente: periodismo-rugby
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