8 de junio de 2009

RECOMPONER



Con el resultado ya puesto, ese que marcó una diferencia dura de 22 puntos, queda sólo la esperanza de que Los Pumas puedan recomponer algo de su rugby de aquí el sábado próximo, cuando en Salta tenga lugar la revancha con los ingleses. A juzgar por la realidad de hoy, la de los 80 minutos en el Old Trafford de Manchester, el camino hacia el Mundial 2011 será bastante más complicado de lo previsto, y lo más saludable es que todos comprendamos que el Bronce del 2007 está en las vitrinas de la memoria y en ningún otro lado.
Los Pumas arrancaron el 2009 -recién en junio, y este es un detalle no menor y que debe contemplarse- de la misma manera que terminaron el 2008. Sin punch, sin locura, con más dudas que certezas y con errores que si no son solucionados de manera urgente pueden provocar más derrotas como las de hoy en Manchester.
Fue un 37-15 quizá algo exagerado por lo que fue el desarrollo, pero no es conveniente nunca detenerse sólo en el resultado. Acá lo importante es ver que a Los Pumas post 2007 les cuesta una enormidad establecer una línea de juego que brinde garantías a lo largo de los 80 minutos. No es que no haya un plan, sino que no se puede llevar a cabo porque abundan los errores generales e individuales.
Los Pumas, en su inédita visita como locales al Old Trafford, no prevalecieron en ningún aspecto. Ni en el juego ni en lo emocional. Y buena parte se debe a que el pack de forwards no generó ninguna de las dos. Puede plantearse -como lo anunció Santiago Phelan- una idea de rugby desplegado y ambicioso como lo marca la actualidad el primer nivel, pero siempre y cuando haya una obtención limpia, rápida y, sobre todo, disciplinada.
Otra vez Los Pumas han caído en la infracción constante. Peor aún: en pleno ataque. Los dos drops de Andy Goode en el primer tiempo culminaron de acciones calcadas: penal en campo rival. Uno para el 3-3 (había inaugurado el marcador Juan Hernández de la misma manera) y otro para despegarse al 19-6. Podrá decirse con razón que el árbitro francés Christophe Bardos miró más las camisetas celestes y blancas que las de la Rosa, pero también sería caer en un análisis demasiado corto
Esta Inglaterra a la que no le sobra nada y que, encima, tiene a varios de los titulares de gira con los Lions por Sudáfrica, fue bastante más haciendo bien lo simple. Pelota propia rápida, presión permanente sobre Hernández y contundencia para aprovechar cada ocasión.
Fueron tres tries ingleses (el último, para hacerle honor al Old Trafford, bien futbolero: pase con el pie de Goode, volea de Mark Cueto y palomita de Delon Armitage) contra ninguno argentino. No es este último un dato menor. Después del Mundial 2007, Los Pumas apenas marcaron cinco tries en ocho test. Cuatro a Escocia (de locales), uno a Italia (en Roma) y ninguno a Sudáfrica, Italia (Córdoba), Francia, Irlanda e Inglaterra. Síntesis de una racha de apenas dos triunfos (Escocia e Italia) en ocho encuentros.
Pero, se insiste, no sirve quedarse sólo en la chapa del marcador. El asunto pasa por el juego. Hubo, es cierto, mejoría en el scrum y en el line (igual se perdieron un par importantes), pero los enormes problemas en los rucks (formación clave en el rugby de hoy), la indisciplina (13 penales en total) y los inconvenientes en el control de la pelota, hacen de Los Pumas un equipo sin posibilidades de jugar a igual con los poderosos.
Hoy, Los Pumas intentaron de manera adictiva el pick and go y nunca ganaron la línea de ventaja. Penales y pérdidas de pelota hicieron imposible un rugby ofensivo.
Hubo, en todo esto, puntos individuales para destacar. Hernández demostró su pasta de crack, aunque todavía no termina de asumir que hoy debe ser el conductor del equipo. Otro que ratificó su gran nivel fue Gonzalo Tiesi. De él fueron los tackles más tremendos y resultó el que más metros avanzó con la pelota. Gonzalo Camacho, por su parte, tuvo un aprobado debut de fuego. La única que tocó en pleno ataque casi termina en try.
Como se ve, se destaca a tres backs. Ocurre que los forwards no rindieron y perdieron la batalla contra un pack que tiene a la mayoría de sus titulares de gira por Sudáfrica. Pensar que esto puede arreglarse con la llegada de Mario Ledesma, Martín Scelzo y Rimas Alvarez es iluso. Al pack le está faltando su histórico fuego sagrado. Y Nicolás Vergallo -también de flojo partido- todavía no ha encontrado su rol de conductor.
Hay, claro, atenuantes bien válidos. El equipo se volvió a juntar después de seis meses y tuvo apenas cinco días de entrenamiento, pero también es cierto que esto pasó siempre. Aquel equipo que le ganó a una Inglaterra mucho más poderosa que la de hoy en el 2006, en Twickenham, también había llegado de la misma manera. Pero había otra mística. Será lo que habrá que recuperar tanto como el juego.
No es sencillo lo que viene. Ojalá Salta represente un paso adelante y un trampolín para el futuro. Desde aquí, más allá de lo que vienen ofreciendo Los Pumas, se sigue con el crédito abierto.

FUENTE: PERIODISMO-RUGBY

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