EL CAMINO AL IV NACIONES ES MAS CORTO, PERO...
El camino de Los Pumas hacia el IV Naciones 2012 se acortó sensiblemente tras una intensa semana –otra más en este verano atípico- en la que el rugby argentino transitó por otras noticias trascendentes en el ámbito internacional (el empate de Los Pumitas ante los Baby Boks y la insólita suspensión del partido que debían jugar los Pampas XV por la Vodacom Cup) y en el doméstico (la reunión entre los presidentes de los clubes de Buenos Aires que atemperó la tormenta desatada siete días antes).
Uno de los tantos aspectos problemáticos que aparecían en el horizonte con vistas a lograr un lugar en un torneo regular junto a los tres gigantes del Hemisferio Sur, encontró un paso adelante en la decisión del Consejo de la International Rugby Board (IRB) de aprobar una partida extra de 10 millones de dólares en cuatro años (a razón de 2,5 millones por temporada) para costear las pérdidas que, especialmente Australia y Nueva Zelanda, anuncian que tendrán con la presencia de Los Pumas en el IV Naciones.
Ese déficit tendría origen en las recaudaciones (se supone que no habrá asistencia masiva de público en los partidos que disputen los argentinos en tierra ajena) y en el turismo, pues, al alargarse el calendario, disminuirá el porcentaje de ganancias que brinda el fuerte flujo de visitantes que se trasladan de un país a otro en ocasiones de los duelos All Blacks-Wallabies.
Cuando desde la Sanzar, la entidad que manejan las Uniones de Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, se planteó este inconveniente –en realidad, estiman que las pérdidas serán de unos 5 millones de dólares por año-, la UAR acudió en auxilio de la IRB, que aprobó este plan de apoyo en su reunión de noviembre, pero que recién salió a la luz pública el sábado.
En este ítem no debe soslayarse el mapa que ofrece el rugby de primer nivel mundial, sobre todo desde el Mundial 2007. En primer lugar, el inolvidable tercer puesto de Los Pumas obligó a los popes del rugby a encontrarles un lugar hasta ahí clausurado. A eso se le suma la franca división que existe entre el Norte y el Sur en lo que hace a las competencias en las ventanas de junio y noviembre.
Desde el Sur se quejan porque cuando sus seleccionados viajan en noviembre a Europa, llenan los estadios sin recibir ni una libra esterlina a cambio. Por el contrario, cuando los que se suben al avión en junio son los del Norte, llevan equipos sin todo su potencial, generando resultados abultados y escaso interés en el público.
Eso, al cabo, juega a favor para la Argentina en el lugar que tiene y que le obligó la IRB en el Sur. No hay otra opción que esa, y de ahí la experiencia con los Pampas XV en Sudáfrica y la posibilidad, remota aún, de incorporarse de alguna manera al eslabón inferior del IV Naciones: el Súper 15.
En cuanto a la televisación, otro punto que estaba en la carpeta de prioridades, habría ya una solución, porque los derechos para los partidos que Los Pumas jueguen en la Argentina les serían cedidos a la UAR para que los comercialice directamente. Esto es importante en otras de las empresas que tendrán que afrontarse al momento de disputar el IV Naciones: los enormes gastos que ocasionará la logística para disponer de un equipo que durante dos meses esté concentrado, viajes incluidos, en un solo torneo. Se calcula que, además de la tevé, la UAR incrementará fuertemente los ingresos de sponsors y en venta de entradas.
Pero hay otro tema que es clave y que todavía no encuentra solución. Desde la Sanzar se puso como prioridad que Los Pumas jueguen con su equipo titular. Se sabe: la mayoría de los rugbiers que integran el seleccionado están contratados por clubes europeos, esencialmente de Francia e Inglaterra.
Para ello, la UAR viene gestionando desde hace más de un año ante la IRB para lograr una extensión en la regla 9, que es la que obliga a los clubes a ceder a los jugadores para los seleccionados en las ventanas internacionales. Hoy por hoy, Los Pumas no cuentan con un beneficio así si quisieran disputar el IV Naciones, que se realiza entre julio y agosto.
Quizá un elemento a favor es que Francia cada vez permitirá en sus equipos del Top 14 a menos jugadores formados fuera de su país. Del 50 por ciento bajó al 40 este año, y el próximo, a 30. O sea, en el futuro habrá lugar únicamente para los cracks.
Ahí es donde la UAR pretende que Buenos Aires deje jugar en sus clubes a los que integran el Pladar. Que los que tienen chances de formar parte de Los Pumas cuenten con competencia interna, ante la imposibilidad de que lo sigan haciendo en Europa.
Es verdad que no se puede repetir lo del Mundial 2007, cuando Los Pumas concurrieron con un plantel que en su enorme mayoría se preparó –y a cero costo- en el rugby europeo. Eso ya no existe. Pero también es verdad que los clubes no recibirán nada a cambio de esta movida millonaria, porque, también es verdad, los fondos que destina la IRB son exclusivamente –salvo una pequeña parte- para el desarrollo de la alta competencia. Aquí y en cualquier otro país.
El episodio Pladar-URBA tuvo un nuevo capítulo el miércoles a la noche, cuando los presidentes de los clubes y los principales directivos de la entidad se reunieron, a través de un asado en la sede central del Belgrano Athletic, para bajar los decibeles a los duros cuestionamientos cruzados que se habían registrado siete días antes.
En un clima mucho más cordial, se fijó armar comisiones para discutir más en profundidad los alcances del Pladar y fijar fecha, si es que se consensúa, para otra asamblea extraordinaria que ratifique o modifique lo acordado por unanimidad en mayo. Hubo también, según comentaron distintos asistentes, acuerdo para que todos acepten lo resuelto, sea cual fuese lo votado.
Quizá el apuro de algunos por modificar el escenario –o sea, que los que están en el Pladar puedan seguir jugando en sus clubes- hizo trascender fechas y métodos falsos, que el presidente de la URBA, Néstor Galán, debió salir a desmentir y aclarar nuevamente.
En el medio de todo esto, el juego. Los Pumitas, después de la dura derrota en el partido de ida (39-7), empataron 20-20, en el célebre Newlands de Ciudad del Cabo, con los poderosos Baby Boks (el seleccionado sudafricano M20) en una gran actuación que despierta esperanzas para el Mundial que se disputará en junio en Rosario, Santa Fe y Paraná. Incluso iban ganando 20-3 al promediar el segundo tiempo, pero les costó caro una tarjeta amarilla en contra.
El mismo sábado, también en Sudáfrica, los Pampas XV debían enfrentar, en la ciudad de George, a SWD Eagles, por la segunda fecha de la Vodacom Cup. El partido se suspendió porque el rival adujo problemas financieros, derivados de la caída de su patrocinante principal. Un episodio poco serio, infrecuente en el rugby, y que debe tener su lectura adecuada. Sería injusto achacarle algo de esto a la UAR, pero también hay que contemplar que estos son costos que genera el profesionalismo.
JORGE BUSICO
canchallena.com
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